Navidad en el aire hasta el último minuto

El comité técnico del LABI, el órgano asesor del Gobierno Vasco para la gestión de la crisis del coronavirus, se reunió ayer para evaluar el estado de la pandemia, y concluyó que el escenario epidémico «recomienda mantener las medidas preventivas establecidas en el decreto del lehendakari del pasado 10 de diciembre». Ahora bien, se emplaza a realizar un nuevo análisis el día 22.

Y es que los datos avalan la idea de que la pandemia va a la baja, aunque no con carácter concluyente. La evolución de los contagios ofrece una imagen decadente, pero en forma de dientes de sierra, y con un ritmo de caída que se ha ralentizado en la última semana, lo que hace sospechar a los expertos sanitarios.

Además, a pesar de la línea descendente, Euskadi está lejos de encontrarse en una situación buena. Con 465 contagios ayer y una incidencia acumulada en 14 días de 294 positivos por cada 100.000 habitantes, la realidad sigue siendo preocupante.

Pero sucede que venimos de más de 1.500 casos diarios hace apenas mes y medio y de una incidencia superior a 500, por lo que la mejoría es evidente. Ayer los datos siguieron dando dosis de optimismo. Por primera vez desde hace casi tres meses la marcha de los principales indicadores coincide en ser positiva o en encontrarse en parámetros razonables. La tasa de positividad (el porcentaje de infectados sobre el total de test validados), fue del 3,6%, cuarta jornada consecutiva por debajo del 5% que se considera el umbral para definir si una pandemia está controlada o no. Ayer se realizaron 12.787 pruebas diagnósticas.

A la par, el número reproductivo básico (R0), que llevaba cinco días por encima del 1 (lo que indica que cada contagiado infecta a su vez a más de una persona, y por tanto el virus está en expansión), volvió a colocarse por debajo de ese nivel (0,99).

El hecho es que Euskadi ha pasado en apenas veinte días de la zona roja a la amarilla, pasando por la naranja, en la escala elaborada por el Gobierno Vasco. Ayer fue el segundo día en ese tercer escalón, el de 'transmisión tensionada'.

Pero además de los datos, a las autoridades sanitarias les preocupa la actitud de buena parte de la población, que hace poco caso de las recomendaciones y pueden echar al traste la mejora conseguida tras la entrada en vigor de las últimas restricciones. La mayor movilidad y el mayor contacto social que se vio durante el 'black friday' comercial, el puente de la Inmaculada y la Constitución, y el fin de semana pasado con la reapertura de la hostelería, están en la mente de las autoridades sanitarias, que temen los efectos que pueda tener un descontrol la semana que viene, con Santo Tomás, Nochebuena y Navidad.

Por ello el LABI añadió a su informe sanitario una serie de recomendaciones, con aire de advertencias, si no se quiere que el martes el Gobierno Vasco se vea obligado a endurecer las medidas para la Navidad. El comité técnico hizo un llamamiento a la ciudadanía a establecer un «compromiso cívico» y un «pacto social» para cumplir las restricciones. «No todo se puede regular por decreto», recuerda. Entre esas recomendaciones, están reducir al mínimo imprescindible el contacto social, evitar las aglomeraciones y aumentar las ventilación de los espacios.

El portavoz del Gobierno Vasco, Bingen Zupiria, reiteró en este sentido que los «alivios» pensados para la Navidad son «para poder ver a nuestra abuela que vive sola y no quiere estar aislada en estas fechas, no para ir de farra con la cuadrilla».

El comité técnico del LABI valora en su análisis, además de los datos epidemiológicos en Euskadi, otras tres variantes. En primer lugar, el incremento de la expansión del virus en algunos países europeos. En segundo término, el inicio del ascenso de la curva epidemiológica en otras comunidades autónomas. Y en tercero, los «diferentes cambios de tendencia» que ha atravesado en los últimos días Euskadi.

Con todo ello, y pese al que el contexto es «de incertidumbre, lo más prudente en este momento, antes de adoptar cualquier decisión que modifique las tomadas con anterioridad, es prolongar por unos días la observación de la evolución epidemiológica», razona.