Manuel Martín Carrasco: «La falta de objetivos y referentes genera un vacío que afecta a la salud mental»

El experto ve cada vez «más dificultades» a la hora de generar una identidad, sobre todo en los más jóvenes, y relaciona «la difusión» de esta «con problemas de salud mental como los trastornos de personalidad». Ahora, además, «se están buscando conexiones con el trastorno obsesivo compulsivo y con los trastornos de conducta alimentaria». «Hay rasgos de nuestra forma de ser que nos vienen dados», explica, «pero otros tienen que ver con un proceso sociocultural.

El entorno nos configura e incorporamos a nuestra identidad unos valores» dependiendo del lugar de nacimiento o de residencia, por ejemplo. Es así como una persona construye su identidad, esto es, lo que responde cuando le preguntan 'quién es'. Y precisamente esa reflexión está directamente relacionada con la salud mental de cada uno, porque «cuando hay elementos que forman esta identidad que no están claros, como la falta de objetivos, se genera un sentimiento de vacío y sufrimiento que lleva a abrir la puerta a metas falsas», con todo lo que eso supone.

Entre otras cosas, el director médico de Aita Menni ve a la población más joven «frustrada» y «con dificultades para hacer frente a las dificultades de la vida». Solo el último año, Gipuzkoa registró 1.114 ingresos urgentes en la unidad de psiquiátrica de la OSI Donostialdea, un 35% más que antes de que estallara la pandemia. En la planta especializada en pacientes pediátricos y adolescentes, la ocupación rozó además el 80%, con 126 ingresos. Uno de los «motivos» principales que llevan a los menores y a los adultos jóvenes a esta situación de inestabilidad es «la falta de referentes, incluso en las redes sociales», que son problemas derivados de una «difusión de la identidad», defiende Martín.

«El concepto básico de identidad está cambiando y toda esta inestabilidad, como el cambio de puesto de trabajo constante y las mudanzas continuas de un país a otro afectan a la salud mental de las personas, sobre todo a los trastornos de personalidad, que es donde la identidad es más importante». Y como consecuencia facilitan también la aparición de «ansiedad o incluso depresión».

¿Y ante esta situación, cuál es el camino a seguir? «Ser conscientes del proceso. Antes la identidad se formaba de una forma espontánea. No hay que volver al pasado, pero sí conocer nuestra situación para intentar configurar una identidad más equilibrada» para evitar el desarrollo de algunos problemas de salud mental. Por ejemplo, «en los trastornos de conducta alimentaria, se cree que las personas que carecen de un sentido claro y estable de sí mismas recurren a fuentes externas en busca de esa ayuda para definirse». Por eso, defiende Martín Carrasco, «es más probable que internalicen los estándares sociales de atractivo. Esta interiorización se asocia, a su vez, con la insatisfacción con el propio cuerpo y las conductas alimentarias desordenadas». Es solo un ejemplo que pone de manifiesto que «son necesarios cambios en el enfoque de atención de la salud mental para comprender mejor a sus pacientes».