Euskadi mantiene su plan de activar la emergencia a la espera del Supremo

El lehendakari, Iñigo Urkullu, reconoció ayer que, con el progresivo empeoramiento de la situación epidemiológica y el consiguiente incremento de la presión asistencial en los hospitales, la posibilidad de volver a decretar la situación de emergencia sanitaria está «mas cerca». Dar este paso abriría la puerta a la puesta en marcha de restricciones más severas que las actuales al amparo de la ley vasca antipandemia, entre ellas el retorno a la limitación de aforos y de horarios, así como la implantación de la mascarilla obligatoria en exteriores.

En el horizonte emergen dos alternativas: el pasaporte Covid en locales de ocio nocturno y restaurantes con comedores para más de 50 comensales o la emergencia sanitaria. Ninguna de ellas tiene fecha concreta. La primera depende de las prisas que se dé el Supremo para decidir sobre el recurso del Gobierno Vasco. Fuentes judiciales señalaron ayer a este periódico que la resolución del alto tribunal no llegará hasta dentro de una semana, como mínimo, e incluso podría tardar más.

El rechazo al pasaporte Covid por parte del TSJPV llevó el pasado martes al Gobierno Vasco a plantear declarar la emergencia. Para evitar llegar a este punto, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, propuso al día siguiente en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, entre otras medidas, que el Gobierno central cree herramientas jurídicas que permitan poner en marcha fórmulas para frenar la situación y no sean rechazadas por la Justicia.

Por otra parte, la dosis de refuerzo que Bruselas ha recomendado, siguiendo las indicaciones de la EMA, para los mayores de 40 años tendrá un efecto práctico en la vigencia del pase Covid-19. La Comisión propuso ayer que la validez de los certificados de vacunación, el salvoconducto para viajar por toda la UE, expire a los 9 meses de completarse la primera fase de la inoculación.