David del Valle (Ginecólogo del HUD): «Los cribados de cáncer de cuello de útero reducen la mortalidad un 80%»
David del Valle. ginecólogo del HUD ·
La asociación Katxalin celebra hoy unas jornadas online por el día mundial contra el cáncer de cuello de úteroEl 55% de los casos de cáncer de cuello de útero que se diagnostican no están precedidos de ningún cribado, y a su vez, si ... la enfermedad es diagnosticada en un estado inicial, la supervivencia a cinco años es del 95%. Dos cifras con las que el doctor David del Valle ejemplifica la importancia de asistir al cribado que se implantó en Euskadi, «pionero» no solo a nivel estatal, sino en muchos países de Europa. «Muchas comunidades se plantean ahora un programa que en Osakidetza desarrollamos desde 2018», subraya. Este médico adjunto en ginecología y patología cervical del Hospital Donostia, y miembro del comité asesor del cribado poblacional en Osakidetza, participa hoy en una jornada online organizada por la asociación Katxalin, con motivo del día mundial del cáncer de cérvix.
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– Osakidetza se propuso cribar a todas las mujeres de entre 25 y 65 años para 2023. ¿Se están cumpliendo los plazos?
– A menos que llegue otra pandemia, el objetivo de contactar con todas las mujeres de entre 25 y 65 años de forma escalonada se va a conseguir. Es una carta en la que se invita a participar y se gestiona una cita, como se hace con el de colon y mama.
«Pese a la pandemia, estamos al día, con todas las mujeres de entre 25 y 35 años citadas al cribado»
invitación
– Ya que lo comenta, ¿en qué medida ha afectado la pandemia?
– Al igual que en el resto de cribados, se paralizó en marzo y no se retomó hasta pasados seis meses. Tras el verano se empezó de nuevo, con algunos cambios respecto a las citas y gracias a la labor fundamental de las matronas se ha conseguido que a comienzos de año estuvieran invitadas todas las mujeres que tenían que estarlo. Es decir, según lo planificado antes de la pandemia, estamos al día con la invitación enviada a las mujeres de hasta 35 años. Ahora empezamos con la franja de 35 a 44 años.
– ¿Por qué no se convoca a las menores de 25 años?
– El cribado busca detectar mujeres con mayor riesgo de desarrollar cáncer de cuello útero y lo hacemos a través de dos pruebas, la citología o la toma del virus. En menores de 25 años, este virus es muy habitual, pero esas mujeres lo eliminan por sí mismas con mucha facilidad y si miráramos sus citologías estaríamos sobrediagnosticando y creando una sensación de enfermedad, cuando crear cáncer de cuello útero a esas edades es rarísimo. En las menores de 25 años, es más recomendable fomentar medidas de prevención de enfermedades de transmisión sexual.
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«El virus lo llega a tener el 80% de la población, y solo se desarrolla en esos casos en los que el cuerpo no lo elimina por sí mismo»
incidencia
– ¿Las mujeres que ya tienen hecha la citología o tomada la muestra, también recibirán esa carta?
– No de forma inmediata. Hasta hace unos años, se hacía un cribado oportunista, de tal forma que la paciente que iba a la consulta si le tocaba hacerse la prueba por edad, se la ofrecían, pero no conseguíamos llegar a todas las mujeres, sobre todo a las más jóvenes, al ser más común que se salten las revisiones rutinarias. Con el cribado poblacional queremos llegar a todas de forma equitativa, aunque durante unos años seguirán coexistiendo los dos métodos. Dicho esto, si una mujer tiene hecha citología por cribado oportunista, ya está dentro del programa, por lo que se le convocará para la siguiente vuelta, una vez pasados tres o cinco años en función del caso.
– Antes las revisiones debían ser anuales. ¿A qué se debe esa modificación en la frecuencia?
– Es algo complejo de explicar, pero nada tiene que ver con recortes, como puede pensar mucha gente. Entre las mujeres de entre 25 y 34 años, el cribado se hace con citología cada 3 años, mientras que las que tienen entre 35 y 65, se realiza cada cinco años con toma del virus del papiloma humano (VPH). ¿Por qué? Porque el virus es la causa de que se alteren las citologías. Es decir, si detecto que no tienes el virus, el riesgo a que en cinco años una paciente se infecte, altere la citología y se dé una lesión importante es menor, que si hago una citología con resultado normal y la repito a los tres años.
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– ¿Qué incidencia tiene este cáncer en la población vasca?
– El cáncer de cuello uterino es el cuarto más frecuente en mujeres en el mundo. En Euskadi está en décima posición. Este tipo de cribado ha conseguido disminuir la incidencia y la mortalidad en un 80%, siempre que se cribe al 70% de la población, que es en lo que estamos. Eso se consigue porque desde que tenemos la infección hasta que se alteran las células, se pasa a lesión precancerosa y luego cáncer, pasan entre diez y quince años. A través del cribado detectamos esas lesiones premalignas, y con un tratamiento sencillo, evitamos que progresen a cáncer.
La tasa de vacunación ronda el 80% y tiene una efectividad superior al 90% en personas que no tienen el virus»
vacunas del VPH
– ¿En qué edad es más habitual que aflore la enfermedad?
– Con menos de 35 años es más común que aparezca el virus, pero no el cáncer. Luego, hay veces que este virus en vez de eliminarse se queda adormilado y en la menopausia puede despertarse y sobre esas edades sí se registra un pico de incidencia. De todas formas, hay mucho estigma de si es una enfermedad de transmisión sexual, y conviene señalar que este virus lo tenemos el 80% de la población en algún momento de nuestras vidas. Lo habitual es tenerlo y eliminarlo, pero hay un porcentaje de la población que no sabemos por qué no lo elimina, y por eso también puede darse en una pareja que lleva diez años y que de repente el virus se despierta. Es algo que ocurre aunque tengamos pareja estable.
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– ¿La vacunación está interiorizada?
– Las tasas de vacunación rondan el 80%. Al inicio se hablaron de efectos secundarios en Galicia, Valencia o Francia, aunque no se terminó de ver una relación directa, por lo que es una vacuna segura. Respecto a su eficacia, hay que tener en cuenta que su función es prevenir el virus, no eliminarlo. Por tanto, en personas que no han estado en contacto con el virus tiene una eficacia superior al 90%, por eso Osakidetza lo ofrece en colegios a niñas de 12 años o a aquellas mujeres que nacieron a partir de 1995. En cualquier caso, si una persona ha estado en contacto con el virus, se la puede poner, aunque la eficacia suele caer al 60%.
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