Sagardui y los alcaldes no logran acordar si habrá cabalgatas o se suspenderán

En un principio todo parecía apuntar a que se suprimirían estos eventos masivos. Al menos, eso se podía interpretar de las declaraciones de la consejera, Gotzone Sagardui, durante una entrevista radiofónica por la mañana. «La situación es la que es. Tenemos un contagio comunitario en cifras muy altas y las acumulaciones de gente lo facilitan», dijo tras ser preguntada sobre la conveniencia de mantener las cabalgatas. Insistió mucho en que las masificaciones favorecen la propagación del virus y asumió que buena parte de la ciudadanía no cumple de manera muy estricta con las medidas de seguridad cuando está en la vía pública: «Yo voy por la calle y no veo la mascarilla puesta. La decisión la tomarán los responsables municipales pero las circunstancias del momento requieren prudencia al máximo».

Unas horas después, y terminada la reunión, fuentes oficiales revelaron que no había nada definido todavía y que tocaba seguir trabajando en ello. Especialmente, atendiendo a la evolución de la pandemia. Es altamente probable que haya ciertas discrepancias entre Sagardui y los alcaldes. Especialmente con el regidor donostiarra, Eneko Goia, que esta misma semana ya avanzó la celebración de los tradicionales desfiles navideños, eso sí, adaptados a la situación pandémica. Desde el Ayuntamiento, indicaron tras la reunión que ayer no se tomaron decisiones, fue «más un intercambio de puntos de vista», pero que seguirán hablando en los próximos días «para ver qué hacer y cómo».

Donostia no renuncia a que, como se hico el pasado año, al menos Olentzero y Mari Domingi la próxima semana, y los Reyes Magos el día 5 de enero se dejen ver por las calles, incluso de forma sorpresiva, sin anuncios previos. La Navidad pasada, también con una ola pandémica al alza aunque con más restricciones de horarios y movilidad, los niños pudieron verles a todos. Olentzero, Mari Domingi y los Reyes se pasearon por toda la ciudad en coche, a distancia y sin recibir personalmente las cartas de los más pequeños, pero no quisieron perderse el reencuentro para recordarles que recibirían igualmente sus regalos.

Este año, la decisión, como ocurrió con la feria de Santo Tomás recién cancelada, se tomará a pocos días de la celebración de la primera de las cabalgatas. Vista la incidencia en Gipuzkoa, que sigue al alza, en Eibar y Tolosa ya han decidido suspender los desfiles pero sí habrá recepción a los niños con cita previa, mientras que Irun prevé cabalgata «adaptada» al momento pandémico.