Euskadi prorroga las restricciones dos semanas más
Los más de 5.000 casos diarios y la incertidumbre ante el estancamiento de la sexta ola llevan al LABI a mantener el cierre nocturno y el pase Covid
Dos semanas más. Euskadi se desmarca de otras comunidades y seguirá con las mismas restricciones hasta el 13 de febrero. Dos semanas de plazo ... para despejar las dudas que ahora existen sobre la evolución de esta sexta ola, estancada en más de 5.000 contagios diarios y unos datos de hospitalización que siguen perjudicando la atención al resto de dolencias en la red asistencial. «Estamos en una situación de incertidumbre» que requiere «prudencia», defendió la consejera vasca de Salud, Gotzone Sagardui, tras la reunión del comité asesor del LABI. Hay indicadores que apuntan a un descenso de la tasa de incidencia de ómicron pero otros, como el que refleja la velocidad de transmisión del virus, han vuelto a repuntar ligeramente, lo que aconseja –defendió ayer el Gobierno Vasco– conceder dos semanas más de margen para replantearse las restricciones vigentes desde final de año.
El boletín oficial publicó ayer mismo la prórroga de las medidas que decaían para que hoy continúe su vigencia. Por lo que los bares y restaurantes, como toda actividad cultural, seguirá cerrando a la 01.00 de la madrugada al menos hasta el domingo día 13. Otro jarro de agua fría, aunque esperado, para el sector de ocio nocturno más afectado, que esta semana ha recibido de buen grado las nuevas ayudas económicas aprobadas, pero ayer volvió a lamentar esta nueva prórroga en el cierre de sus negocios.
Las cifras
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5.498 positivos se detectaron en la última jornada, un 36% de las pruebas diagnósticas hechas.
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741 pacientes están ingresados en los hospitales, 99 de ellos en las UCI.
Junto a este cierre nocturno que afecta también a las sociedades gastronómicas, se mantienen los límites de aforo en hostelería, recintos culturales y deportivos interiores, así como gimnasios. Y, si lo avala de nuevo el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, se mantendrá el pasaporte Covid para entrar a todos ellos, más hospitales, residencias de mayores y centros penitenciarios, y a hoteles, alojamientos turísticos y salones de juego que hasta ahora no estaban incluidos en el decreto.
La consejera se apoyó en los datos epidemiológicos para justificar una decisión, dijo, que es fruto del «análisis» de los expertos que forman el comité científico-técnico del LABI. Y su conclusión es que el descenso de esta sexta ola es «mucho más lento» de lo esperado y que la incidencia sigue siendo lo suficientemente alta para no dar ningún paso atrás. «Podríamos estar llegando a un estancamiento, a una meseta o incluso un cambio de tendencia», advirtió. «Es pronto para valorarlo».
Sagardui reveló, por ejemplo, que aunque la incidencia a 14 días está bajando, la tasa de contagios a 7 días ha experimentado un ligero repunte, igual que el índice R0 de transmisión, que ha subido de 0,7 a 0,97 desde el domingo. «Seguimos con una incidencia diaria de más de 5.000 contagios», recordó la responsable de Salud, y una positividad del 36% de las pruebas. Un número de casos todavía excesivamente alto que tiene su impacto directo en los hospitales, donde se mantiene una presión elevada. En las últimas horas habían ingresado en planta 90 personas más, lo que mantenía el número de pacientes hospitalizados en 741, un centenar de ellos (99) en las unidades de cuidados intensivos. Esa tensión en la red de atención persiste, e incluso se ha agudizado desde finales de diciembre, cuando había 200 pacientes menos. Y aunque esta semana, Osakidetza ha anunciado que retoma las intervenciones quirúrgicas no urgentes, Sagardui reconoció ayer que esta atención Covid tiene «repercusión» en la asistencia del resto de patologías.
Esta fotografía ya conocida por la sociedad vasca es la que, según Sagardui, justifica la necesidad de mantener el nivel de restricciones actuales que, a su entender, están ayudando a frenar la sexta ola. «La sociedad en Euskadi ha demostrado ser una sociedad adulta, madura, entiende a lo que nos enfrentamos: una situación de pandemia. Esa es la realidad», constató, y por eso confió en que en esta ocasión de nuevo asuman la nueva prórroga de unas medidas que además de poner el foco en la «prevención» de los contagios en lugares de interior, los que mayor riesgo presentan, buscan potenciar la vacunación entre los colectivos que más reacios hasta ahora a hacerlo. En este sentido, defendió la eficacia del pasaporte Covid como herramienta útil para 'convencer' a los no vacunados de recibir su correspondiente dosis. Su exigencia para entrar a bares o eventos culturales ha supuesto incrementar tres puntos la vacunación entre los grupos menos inoculados.
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