Los contagios entre menores de once años en Euskadi multiplican por ocho a los de Andalucía
Solo Navarra tiene una incidencia acumulada mayor que Euskadi en todo el Estado
L. OCHOA y S. OSORIO
SAN SEBASTIÁN.
Domingo, 12 de diciembre 2021, 07:42
En casi dos años de pandemia no ha habido una ola igual. Este último envite vírico tiene a los niños y a sus padres como ... sus principales huéspedes. Los pequeños, por ser el único grupo de población sin inmunizar –la vacunación infantil arrancará a partir de este miércoles para los niños de entre 6 y 11 años–; y los segundos, la franja de los cuarentañeros, más propensos a sufrir un cuadro grave de la enfermedad, porque no tienen otro remedio al convivir con sus hijos. Sin embargo, en ninguna otra comunidad, a excepción de en Navarra, estas dos generaciones se contagian tanto como en Euskadi.
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Los datos son inquietantes y se espera como agua de mayo la primera de las dos remesas que Pfizer/BioNTech enviará hasta enero. La incidencia en los escolares vascos sigue disparada. Hasta tal punto que los contagios entre menores de once años en Euskadi multiplican por ocho a los de Andalucía. Según el último informe difundido por el Ministerio de Sanidad, alcanza los 1.733 casos por 100.000 habitantes frente a los 219 de Andalucía, la comunidad con menos casos. En el conjunto del Estado, solo Navarra presenta una tasa de incidencia mayor que el País Vasco para esa franja de edad, con 2.027 casos.
El nivel de transmisión en este tramo se encuentra en cifras nunca antes vistas en esta crisis y han empeorado con creces desde que los menores retornaron a las aulas el pasado 8 de septiembre. Y es que los contagios entre los niños en Euskadi casi cuadriplican la media estatal (547 casos por 100.000 habitantes).
Euskadi alcanzó el viernes, con 308, el récord de aulas cerradas de toda la pandemia
La vuelta al cole ha coincidido con datos demoledores en el País Vasco. Según los informes de Osakidetza, los positivos se han multiplicado por ocho –en el primer día del curso esta tasa se situaba en 260 puntos y ahora la sitúa en 2.213 casos– y de las 23.000 infecciones detectadas en niños desde el estallido de esta batalla epidemiológica, más de una cuarta parte se han producido desde que arrancaron las clases. Este pequeño baile de cifras entre los datos que recoge Sanidad y los que facilita el departamento vasco de Salud no cambian la foto en Euskadi, con la sexta ola del virus en expansión.
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El departamento de Educación insiste no obstante en que «los colegios son espacios seguros y no son focos de infección». Un portavoz de la consejería admite que al no estar vacunados los niños menores de 12 años era de esperar lo que está sucediendo. «Temido y esperado». Expertos consultados por este periódico atribuyen gran parte de los positivos detectados en los centros educativos a la interrelación de los más pequeños fuera de las aulas, en actividades extraescolares o en zonas de juegos en parques públicos. «Se detectan los positivos en los cribados que se hacen en los colegios, pero muchos críos se han infectado fuera de las aulas», aseguran.
LAS CIFRAS
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5.286 Los positivos de niños vascos de entre 6 y 12 años registrados desde el pasado 8 de septiembre, fecha del retorno a las aulas en Euskadi.
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2.213 casos por cada 100.000 habitantes es la incidencia en menores de 6 a 12 años en Euskadi.
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145.000 Los menores de entre 6 y 12 años que conforman este grupo en Euskadi y que recibirán la primera dosis hasta enero.
La espiral de positivos entre los menores de 12 años –un total de 5.286 desde el fin de las vacaciones de verano– trae de cabeza a padres y centros educativos. A medida que ha ido avanzando la campaña de inoculación contra la covid, también ha descendido la edad de quienes se infectan. El virus necesita sobrevivir y busca acomodo en los grupos más desprotegidos. Sin embargo, la autorización de la fórmula de Pfizer/BioNTech para los 145.000 críos vascos de 5 a 11 años abre un nuevo escenario.
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8 semanas de margen
La vacunación infantil se espera que marque un antes y un después y logre atajar la cascada de contagios en estas capas. Los pinchazos comenzarán por los más mayores, los de 11 años, y se seguirá en orden descendente hasta cubrir el colectivo. Las previsiones que maneja el Ministerio de Sanidad es que para antes de que finalice el próximo mes de enero todos los escolares hayan puesto el brazo para la primera dosis. La segunda la recibirán 8 semanas después.
Se trata de un segmento de población al que, por fortuna, la enfermedad no le acarrea terribles consecuencias. La infección se presenta de manera leve o, incluso, pasa desapercibida. Según la Sociedad Española de Pediatría, la mitad de los niños contagiados son asintomáticos.
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Pero llevan la infección a sus hogares y la propagan a aitas o abuelos. Ese es el gran problema. Se trata de colectivos que, aunque hayan finalizado la pauta o la hayan reforzado con la tercera toma, pueden caer en las garras del patógeno. De ahí, que el primer suero pediátrico se considere un arma fundamental para reducir los contagios también en el entorno familiar de los críos.
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Al inicio del segundo curso escolar en tiempos de pandemia, las medidas preventivas en los centros educativos se suavizaron al calor de la remisión de la quinta ola, que en septiembre daba sus últimos coletazos. La principal novedad del protocolo sanitario consistió en dar vía libre a los alumnos de Secundaria, los mayores de 12 años, para salir al patio sin mascarilla. Una buena parte ya estaban inmunizados. Eso sí, siempre y cuando mantuviesen las distancias, algo muy difícil de controlar. De ahí, que la mayoría de los colegios vascos optasen por mantener la obligatoriedad de esta protección.
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En cambio, sí se permitió mezclar en los recreos en exteriores a todos los alumnos de un mismo curso en Primaria, otra de las modificaciones con las que arrancaron las clases. Los escolares ya no tienen que jugar únicamente con sus grupos burbuja, una de las concesiones que esperaban con más ilusión. Sin embargo, el avance imparable de los positivos en los cursos de Primaria e Infantil ha desbordado a los centros.
Nuevo protocolo
Ante el incremento de las aulas clausuradas –prácticamente todas de menores de 12 años– en los colegios de la comunidad y las demoras en la red de rastreo, el departamento vasco de Educación decidió hace apenas un par de semanas modificar el protocolo para que los centros de salud se encarguen de llamar a las familias para la realización de la prueba diagnóstica y no tener que esperar la llamada de los rastreadores, que no dan abasto. El objetivo, agilizar la identificación de los contactos estrechos y recuperar cuanto antes las clases presenciales.
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Hasta el viernes, 308 aulas se encontraban clausuradas en Euskadi de 140 centros. Son 75 clases más que la semana anterior y el récord de toda la pandemia. Pese a esos datos, el consejero Jokin Bildarratz ha insistido este otoño que los contagios entre menores se producen principalmente fuera de los colegios y que estos son «espacios seguros». Los niños, según sus explicaciones, se infectan cuando socializan en otros ámbitos y relajan las medidas preventivas.
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