Un camino de trece años
Recorrido ·
La vacuna es un ejemplo de una investigación a largo plazo que busca un objetivo y acaba encontrando otroA. LERATE
Viernes, 18 de diciembre 2020, 06:27
La vacuna contra el coronavirus desarrollada por la empresa alemana BioNTech en cooperación con la estadounidense Pfizer es un ejemplo de un hecho que ... ocurre a menudo en el mundo de la ciencia, porque suele suceder que una investigación nazca con las miras puestas en un objetivo y al final alcance otro diferente. Es lo que ha pasado con el proyecto en el que hace trece años se embarcaron Özlem Türeci y su esposo, Uygur Sahin.
Los dos investigadores, que se han hecho millonarios gracias a BioNTech, la empresa que fundaron en 2008, han visto los resultados de más de una década de esfuerzos en la que han desarrollado una tecnología pensando en otras enfermedades que ha sido clave de cara a la lucha contra la pandemia. Su idea original era desarrollar terapias novedosas contra el cáncer.
La tecnología se basa en el ARN mensajero, una molécula que aparece cuando se copia un tramo de ADN y transporta esta información a la parte de las células donde se fabricarán las proteínas que componen nuestro cuerpo. En la vacuna desarrollada por Pfizer y BioNTech, el ARNm hace que nuestras células produzcan la proteína característica del Covid-19, lo que alertará a nuestro sistema inmunitario. A diferencia de las vacunas de otras enfermedades, esta no contiene virus debilitados o fragmentos de virus. Es sintética.
«Estamos trabajando desde hace trece años con la idea de que con la tecnología ARN mensajero podíamos lograr triunfos en la lucha contra distintas enfermedades», dijo ayer Sahin, que intervino junto a su esposa en una teleconferencia con la canciller alemana, Angela Merkel, y los ministros de Sanidad, Jens Spahn, y Educación e Investigación, Anja Karlizeck.
Los dos científicos, según recordó Sahin, fueron apoyados desde que estaban en la universidad, luego fueron respaldados para crear su empresa como emprendedores y posteriormente también para ampliar el objetivo de su investigación a las enfermedades infecciosas. «Se nos apoyó en la universidad, se nos apoyó para lanzar la empresa, lo que fue importante para ganar inversores, y se nos permitió no solo aplicar la tecnología al cáncer sino a enfermedades infecciosas», dijo. «Sabíamos que nuestra pequeña empresa no estaría en condiciones de distribuir miles de miles de vacunas. Por eso emprendimos una asociación con otra que está desde hace años en el sector. Pero no solo hubo cooperación con Pfizer sino con muchas otras empresas para, por ejemplo, el suministro de material», explicó.
«En el desayuno»
Angela Merkel preguntó a los científicos en qué momentos habían pensado por primera vez que el trabajo que estaban haciendo podía servir para hacer frente al coronavirus. «Lo recuerdo perfectamente. El 24 de enero en el desayuno decidimos empezar», respondió Türeci. «A partir de una publicación sobre lo que estaba ocurriendo en Wuhan pensamos que era probable que se desatara una pandemia y optamos por pasar de las terapias contra el cáncer a dedicar nuestros recursos al desarrollo de una vacuna. Desde entonces no se ha dejado de trabajar un solo día en ese programa», agregó.
Durante la teleconferencia, Anja Karlizeck afirmó que el éxito de BioNTech muestra la importancia que tiene el apoyo de la investigación a largo plazo, que puede tener frutos que inicialmente no están ni siquiera en los planes de los científicos. «A veces se me pregunta para qué se apoyan determinados proyectos. Se trata muchas veces de sentar las bases científicas para enfrentar retos que todavía desconocemos», señaló la ministra.
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