Ante la duda, lo mejor es seguir siendo precavido
La 'desescalada' no establece condiciones particulares para los enfermos crónicos, pero si hay dudas debería primar la prudencia
Según datos del Ministerio de Sanidad, tres cuartas partes de las personas mayores de 65 años tienen algún problema crónico de salud, aunque también ... son miles las personas que, sin alcanzar esa edad, se encuentran en la misma situación. Y, según todas las evidencias estadísticas y científicas, muchas de esas patologías acrecientan de manera muy notable la vulnerabilidad ante el Covid-19.
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Durante las semanas que hemos permanecido en confinamiento estricto, ha sido de suma importancia que los enfermos crónicos tuvieran en cuenta recomendaciones como las que facilitó el Colegio Oficial de Enfermería de Gipuzkoa, que se recogen en el gráfico adjunto. Todavía lo es, porque la situación dista mucho de estar cerca de la normalidad tanto desde el punto de vista sanitario como del asistencial, por lo que siguen vigentes los consejos de un colectivo profesional que mantiene una relación muy cercana con los enfermos crónicos.
Ahora que se van aligerando poco a poco las restricciones, también parece conveniente tener en cuenta en qué medida puede condicionar la 'desescalada' padecer alguna enfermedad crónica. Por ejemplo, diabetes, una de las más habituales. En el conjunto del Estado, los últimos estudios muestran que el 13,8% de los adultos tiene diabetes tipo 2 (la más habitual, ya que tan solo uno de cada 10 casos es de tipo 1, asociada por lo general a pacientes jóvenes), lo que situaría al colectivo en torno a los 5 millones de personas. En Euskadi la prevalencia es algo menor -10,6% de mayores de 18 años-, pero aun así hablamos de unas 200.000 personas, a las que hay que añadir las que ignoran que conviven con esa condición.
«A los diabéticos nos afecta todo: la falta de ejercicio, la alimentación, la incertidumbre y el estrés de estos días»
«Una de las pautas más importantes es hacer ejercicio cada día, y en casa se pueden realizar cantidad de actividades»
«Aunque podamos salir a la calle al igual que todos los demás, creo que tenemos que seguir siendo muy prudentes»
Ese colectivo «que no tiene conciencia de su enfermedad y, por lo tanto, no percibe el riesgo» inquieta a Ziortza Marzan Usandizaga, diabética desde hace más de veinte años, enfermera, formadora en diabetes y miembro de la junta directiva de la Asociación Guipuzcoana de Diabetes, integrada en la Federación Española de Diabetes.
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Manejar la enfermedad
Y le preocupa porque tener a la diabetes a raya requiere un manejo minucioso, más en momentos como los actuales. No puede concebirse una peor combinación de circunstancias teniendo en cuenta que «a los diabéticos nos afecta todo: la falta de ejercicio, la alimentación, la incertidumbre y el estrés de estos días...».
Permanecer en casa preocupados y recurriendo con demasiada frecuencia a los alimentos que más reconfortan, que no suelen ser los más recomendables, puede pasar factura. No obstante, Ziortza Marzan cree que la mayoría de los diabéticos están bien informados y formados, y tienen «un buen manejo de su enfermedad. Cada vez tenemos más recursos para medir la glucemia, como los sensores de glucosa, que nos dan mucha autonomía a la hora de tener un buen control y ajustar la insulina que necesitamos».
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La principal excepción, las primeras reuniones con familia y amigos
Aunque desde el comienzo del estado de alarma se ha hecho hincapié en la necesidad de proteger especialmente a los grupos de mayor riesgo, las órdenes que establecen los detalles de la desescalada no han recogido restricciones específicas para esos colectivos. Si lo hace, sin embargo, la que flexibiliza «determinadas restricciones sociales» como las reuniones familiares o de amigos, que serán posibles a partir del lunes, «siempre que no se trate de colectivos especialmente vulnerables a la enfermedad».
Por lo tanto, «tal vez con la excepción de los que toman antidiabéticos orales, que no van a conocer el efecto del confinamiento hasta que tengan consulta», la mayoría habrá podido gestionar la situación de manera satisfactoria, porque «aunque haya habido algún altibajo, si tienes un buen control dos o tres meses en condiciones distintas a las normales no van repercutir de manera severa». Eso sí, siempre que se respeten las pautas básicas: controlar la alimentación y hacer ejercicio.
«Una de las pautas más importantes es hacer ejercicio cada día, y en casa se pueden realizar cantidad de actividades», destacaba Marzan hace unos días, cuando las salidas estaban más limitadas, pero ya había personas con diabetes que, en atención a sus necesidades, habían obtenido autorización para ejercitarse al aire libre. Desde esta semana, cada uno en el tramo de edad que le corresponda, ya no hay restricciones, pero hay tanto en juego que el consejo de Marzan sigue vigente. «Aunque podamos salir a la calle como los demás, creo que tenemos que seguir siendo muy prudentes», asegura.
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