Recuerdo alguno de mis viajes desde Donostia hasta Estella en los que en las partes altas de la carretera me encontraba con unas nieblas tan ... espesas que era sumamente difícil conducir. Si esto nos pasa a los humanos, también les pasa a los robots, sean estos coches o drones de conducción autónoma.
Había soluciones para ver y medir distancias a través de la niebla, pero tenían dos problemas. El primero su precio, pues eran muy costosos. El segundo el tamaño, pues ocupaban mucho y no se podían meter en un coche o en un dron. Ambos problemas acaban de ser solucionados por el famoso MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts). En un reciente artículo de la revista 'IEEE Journal of Solid State Circuits', firmado por Zhi Hu como primer autor, explica la construcción de un chip muy pequeño que es 4.300 veces más sensible que los anteriores y que permite reconocer imágenes y medir distancias a través de la niebla. En el artículo, los autores nos dicen que con un poco más de desarrollo se podrán integrar en los coches y en los drones autónomos. Su misión no será la de sustituir a los sistemas que actualmente llevan y que han demostrado que funcionan bien en circunstancias normales. Su pretensión es complementarlos en los casos de coyunturas muy adversas como son densas nieblas o polvo.
Precio y tamaño son dos aspectos fundamentales que cambian la esencia de un producto. Piensen por ejemplo en el teléfono inteligente que llevan en su bolsillo. En los años 80 había ordenadores con posibilidades similares, pero costaban en torno a los veinte millones de euros y pesaban varias toneladas. Aunque hicieran lo mismo, precio y tamaño los convierten en productos muy distintos.
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