Un buceador explora el pecio del Britannic, barco hospital británico hundido cerca de la isla griega de Ceos en 1916. AFP

Recuperan el 'tesoro' del Britannic, el hermano del Titanic hundido al chocar con una mina en el mar Egeo

Transformado en buque hospital en la Primera Guerra Mundial, fue encontrado por Jacques Cousteau en 1975

Julio Arrieta

Viernes, 19 de septiembre 2025, 01:03

Más de un siglo después de su hundimiento en 1916, el HMHS Britannic, conocido como el hermano menor –en edad, no en tamaño– del célebre ... Titanic, ha vuelto a ser noticia. Un equipo de buceadores liderado por el historiador británico Simon Mills y bajo la supervisión del Ministerio de Cultura de Grecia, ha logrado recuperar por primera vez un conjunto de objetos del pecio, situado a 120 metros de profundidad en el mar Egeo, cerca de la isla de Ceos. Entre los artefactos rescatados se encuentran una campana, un farol de señalización, azulejos de cerámica de un baño turco y unos prismáticos, según informaron las autoridades griegas este lunes. Estos hallazgos, que serán exhibidos en un nuevo museo de antigüedades submarinas en el puerto del Pireo, marcan un hito en la exploración de este transatlántico que acabó su breve historia convertido en buque hospital, hundido por una mina en la Primera Guerra Mundial.

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El HMHS Britannic fue el tercer y último buque de la clase Olympic, diseñada por la naviera White Star Line y construida en los astilleros Harland & Wolff de Belfast. La construcción del Britannic comenzó el 30 de noviembre de 1911, pero se vio interrumpida por el desastre del Titanic en abril de 1912. La tragedia de su hermano obligó a introducir mejoras significativas en el diseño del Britannic, como un doble casco, mamparos más altos y un mayor número de botes salvavidas con pescantes automáticos. El barco fue botado el 26 de febrero de 1914. Con una longitud de 269 metros y un tonelaje bruto superior, el Britannic estaba destinado a ser un símbolo de lujo y seguridad en los viajes transatlánticos. Sin embargo, nunca llegó a cumplir ese propósito ni llegó a embarcar pasajeros.

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial en verano de 1914, los planes para que el Britannic operara como un lujoso transatlántico se desvanecieron. El Almirantazgo británico requisó el barco antes de que pudiera realizar su viaje inaugural y lo transformó en un buque hospital. Renombrado como HMHS (His Majesty's Hospital Ship) Britannic, fue pintado de blanco con grandes cruces rojas y equipado con quirófanos y más de 3.000 camas para atender a los heridos de guerra. Bajo el mando del capitán Charles A. Bartlett, el barco comenzó su servicio el 23 de diciembre de 1915, participando principalmente en la evacuación de soldados heridos durante la campaña de Galípoli.

Postal conmemorativa de la botadura del Britannic.

Hundido por una mina

El 21 de noviembre de 1916, mientras navegaba frente a la isla de Ceos, en el mar Egeo, una explosión sacudió al Britannic a las 08.12 de la mañana. Había chocado con una mina desplegada por el submarino alemán U-73. A pesar de los esfuerzos del capitán Bartlett por encallar la nave en aguas poco profundas, el barco se inundó rápidamente debido a fallos en los compartimientos estancos. Además, hacía agua también por los muchos ojos de buey abiertos por el personal médico a bordo para ventilar los camarotes. El Britannic se hundió en apenas 55 minutos, convirtiéndose en el transatlántico más grande perdido durante la Primera Guerra Mundial. De las 1.065 personas a bordo, 30 perecieron, muchas de ellas atrapadas en dos botes salvavidas que fueron succionados por las hélices aún en movimiento cuando el barco se iba a pique.

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El Britannic permaneció olvidado en el fondo del mar Egeo durante décadas. Hasta el 3 de diciembre de 1975, cuando el célebre explorador francés Jacques Cousteau localizó los restos del naufragio a 120 metros de profundidad, entre Ceos y Makronisos, cerca de la primera. A diferencia del Titanic, cuyo casco está fragmentado en el fondo del mar Atlántico, el Britannic está relativamente bien conservado, lo que lo convierte en un valioso cementerio de guerra -legalmente está considerado como tal- y un sitio de gran interés arqueológico. Desde su descubrimiento, varias expediciones han explorado el pecio, pero hasta ahora ninguna había logrado recuperar objetos de su interior.

La recuperación de objetos del Britannic, llevada a cabo el pasado mayo, fue «una operación de gran complejidad», según las autoridades griegas. El equipo, compuesto por once submarinistas profesionales y organizado por la Fundación Britannic de Simon Mills, utilizó equipos de buceo adaptados para trabajar a una profundidad de 120 metros. Según el Ministerio de Cultura griego, las condiciones en el lugar del naufragio eran «particularmente desafiantes debido a fuertes corrientes, la profundidad y la escasa visibilidad», lo que dificultó tanto la exploración como la extracción de los artefactos.

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Una foto obtenida por el Ministerio de Cultura griego el 15 de septiembre de 2025 muestra unos prismáticos del HMHS Britannic. AFP

Entre los objetos recuperados destacan la campana de alarma del puesto de observación, una lámpara de señalización de la banda de babor, unos azulejos de cerámica que decoraban un lujoso baño turco y unos binoculares, además de diversos objetos recuperados de las zonas de las clases primera y segunda del barco. Algunos objetos identificados inicialmente no pudieron ser rescatados debido a su ubicación o su mal estado de conservación, lo que evidencia los retos técnicos de trabajar en un entorno tan hostil.

Simon Mills, fundador de la Fundación Britannic, ha dedicado años al estudio de este buque. Su programa de investigación no solo buscaba recuperar objetos, sino también documentar el estado actual del naufragio, que es considerado un monumento histórico y un sitio protegido bajo las leyes griegas de patrimonio submarino. La supervisión del Eforato de Antigüedades Submarinas garantizó que la operación se realizara con el máximo respeto por el valor histórico y cultural del pecio.

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Tras su recuperación, los objetos fueron trasladados a los laboratorios especializados del Eforato de Antigüedades Submarinas en Atenas, donde serán sometidos a procesos de conservación antes de formar parte de una exposición permanente en el nuevo museo de antigüedades submarinas en construcción en el puerto del Pireo. Este museo, que se espera sea un referente en la preservación del patrimonio marítimo, ofrecerá a los visitantes la oportunidad de conocer la historia del Britannic y otros naufragios que yacen en las aguas griegas.

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