Las pruebas para técnicos cierran una OPE de Osakidetza polémica

Las puertas del Aulario Las Nieves de Vitoria se abrieron ayer a las 8.30 en punto. Los opositores aguardaban en fila para buscar el código de su aula y esperar, ya sentados, a que el examen diera comienzo. Era la última fase de una OPE de Osakidetza marcada por la polémica ante la posible filtración de pruebas en las especialidades médicas hospitalarias.

Será a finales de la próxima semana cuando previsiblemente se conozca el informe elaborado por un experto en Estadística de la Universidad de Oviedo. Sus conclusiones serán determinantes para el Gobierno Vasco, al que como ya anunció el consejero de Salud, Jon Darpón, no le temblará la mano para ordenar repetir los exámenes que sean necesarios si se confirman las irregularidades.

Ayer, en tres turnos -9.00, 13.00 y 17.00 horas- les tocó el turno a los opositores que buscaban una plaza fija de economista, ingeniero, técnico en prevención, seguridad e higiene o normalización del euskera; así como de bibliotecario, trabajador social o técnico de administración y gestión en el Servicio Vasco de Salud. Fumando el último cigarro con los nervios a flor de piel o discutiendo el viaje en autopista con los compañeros, algunos apuraban hasta el último minuto su entrada al Aulario de Vitoria.

3.300 han sido las plazas ofertadas en una OPE a la que se han presentado finalmente 76.449 personas. Algunos aspirantes se mostraban ayer «preocupados» por la sombra que planea sobre estas oposiciones, pese a que los propios sindicatos han insistido en que salvo los exámenes para especialistas médicos el resto esta libre de toda sospecha.