El país que escogen los franceses para jubilarse: vida de lujo por 1.500 euros al mes

Con el aumento constante del coste de vida y una inflación que no da tregua, muchos jubilados franceses se enfrentan a la difícil realidad de ver su poder adquisitivo reducirse año tras año. Ante este panorama, un número creciente de ellos ha encontrado en Marruecos un inesperado paraíso: un país donde el sol brilla más de 300 días al año, el coste de vida es significativamente menor y la cultura se siente, en muchos aspectos, como en casa.

A diferencia de otros destinos clásicos para el retiro, como Portugal, España o Grecia, Marruecos se ha posicionado en los últimos años como una de las principales opciones para los franceses que buscan tranquilidad, buen clima y, sobre todo, una vida digna con una pensión limitada. Con solo 1.500 euros al mes, muchos expatriados aseguran vivir mucho mejor que en Francia. Alquileres accesibles, productos básicos económicos y una oferta de ocio variada convierten a este país africano en una alternativa cada vez más atractiva.

La barrera del idioma, a menudo un obstáculo para los jubilados que deciden mudarse al extranjero, no representa un problema en Marruecos. El país mantiene estrechos lazos lingüísticos con Francia y el francés sigue siendo ampliamente hablado en la administración, el comercio y la vida cotidiana, lo que facilita una integración rápida y sin grandes sobresaltos.

Pero no solo el bolsillo guía esta tendencia. La riqueza cultural marroquí ofrece a los jubilados una vida activa y estimulante, según destacan mucho de los franceses retirados en este país norteafricano. Actividades como el senderismo, el golf o las excursiones por las montañas del Atlas se presentan a precios muy accesibles bajo el prisma económico europeo, fomentando una jubilación plena y saludable.

Otro factor clave es la hospitalidad. Muchos franceses destacan la calidez con la que han sido recibidos y no son pocos los que aseguran haber encontrado amistades verdaderas, e incluso un renovado sentido de comunidad.

Además, el sistema sanitario marroquí también juega a favor. Con clínicas privadas modernas que cumplen estándares europeos y residencias diseñadas específicamente para personas mayores, los jubilados pueden acceder a servicios médicos de calidad sin el temor de comprometer su salud o seguridad.

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