Manuel González: «Si queremos playas habrá que hacer fuertes inversiones para protegerlas»
«Si no reducimos la dependencia de los combustibles fósiles, el nivel del mar podría subir un metro en 2100», asegura el investigador de AZTI
En su última memoria, el centro tecnológico Azti recopila datos sobre el aumento de la temperatura y del nivel del mar, que avanza sin que ... parezca que se haga nada para evitarlo.Desde hace años, todos los estudios señalan hacia un mismo panorama, el de un inexorable calentamiento del mar. «Las previsiones no son muy halagüeñas, no vamos en la dirección correcta», dice Manuel González, investigador oceanográfico y experto en cambio climático en Azti,
– ¿Vamos a peor?
– Igual que en la parte atmosférica no vamos bien porque el CO2 sigue aumentando y seguimos consumiendo muchos combustibles fósiles, una parte importante de ese exceso de calor que producen los gases del efecto invernadero, entre el 80 y el 90%, se va hacia los océanos. Las previsiones no son muy halagüeñas, no vamos en la dirección correcta.
– ¿Se está acelerando el proceso?
– En lo que es nuestro ámbito, estos dos últimos años, sobre todo desde 2022 a 2023, se están observando temperaturas del océano completamente anómalas. Hasta ahora nunca se habían detectado esas temperaturas y los valores registrados en todo el mundo revelan que han sido los dos años mas cálidos con mucha diferencia. Desde la primavera de 2022, en la costa vasca todos los meses llevamos más de un grado por encima de la media. Aunque en este momento dejásemos de emitir por completo, en algunos procesos se tardarían decenas de años o incluso más en volver a una situación preindustrial.
– ¿Ya estamos notando las consecuencias del calentamiento del mar y la subida de su nivel?
– Sí, claro. Nosotros no notamos mucho el ascenso de nivel medio del mar y los impactos costeros porque tenemos una costa muy acantilada y la ventaja de que nuestro régimen de mareas es de más de cuatro metros. El ascenso, estimado en unos 20 centímetros, de momento es muy pequeño con respecto a la marea. Lo percibimos poco, pero en otros lugares del mundo ha habido un retroceso apreciable. En zonas del sudeste asiático han tenido que retroceder poblaciones y se están produciendo cada vez más eventos con daños, sobre todo de tifones y huracanes. Nosotros tuvimos el último episodio de inundación costera a finales de septiembre, que coincidió con un temporal fuerte y hubo inundaciones en San Juan, Ondarroa y diferentes lugares de la costa. También se percibe cierto retroceso en las playas.
«Desde la primavera de 2022 en la costa vasca llevamos todos los meses más de un grado por encima de la media»
– Se espera que el nivel del mar ascienda entre 50 y 65 centímetros para 2100.
– Ese es el escenario previsto si tenemos éxito a la hora de mitigar los efectos.
– ¿Es el buen escenario?
– Es un escenario en el que, fruto de la cooperación internacional, lleguemos a consumir menos combustibles fósiles y a controlar el CO2 .
– ¿Y el mal escenario?
– Se está hablando de 80 centímetros e incluso en el caso de que no consigamos reducir la dependencia de los combustibles fósiles, se calcula que el nivel del mar podría subir un metro para el año 2100.
– ¿Un metro qué significa?
– Pues, por ejemplo, que bastantes puertos del País Vasco se van a ver afectados y tendrán inundaciones, y podemos tener muchos más problemas en los paseos marítimos. Pueden ser situaciones que se produzcan de forma recurrente todos los inviernos. En lugar de tener un evento de inundación una o dos veces al año, lo vamos a tener diez o quince veces.
«Cada dos o tres años habrá que dragar arena del mar y verterla en las playas con el consecuente coste económico»
–¿Y las playas?
– En un escenario de entre 80 y cien centímetros de ascenso de nivel medio, en las que están apoyadas en paseos marítimos y no pueden retroceder podríamos llegar a perder tres cuartas partes de la zona seca y tener playas de uso únicamente en bajamar. Otra de las cosas que hay que tener en cuenta es que son entornos que se pueden proteger de otras maneras. Ya se han hecho acciones de regeneración, por ejemplo de recuperación de la Zurriola en Donostia. Si queremos mantener las playas, en algunos casos habrá que retroceder y perderlas y en otros habrá que hacer fuertes inversiones para protegerlas. Cada dos o tres años habrá que dragar arena del fondo del mar y verterla en las playas con el consecuente coste económico.
– ¿Tener una casa en primera línea de playa dejará de ser una buena idea?
– Aquí lo que debemos hacer, y para eso están trabajando las administraciones, es tener un buen diagnóstico de cuáles son las zonas en las que haya que tomar medidas de protección. Hay que llevar a cabo medidas de adaptación, habrá zonas que haya que proteger y una de las medidas de adaptación es, sobre todo de aquí a 2100, no ponernos en una situación de mayor exposición. En aquellos lugares en los que ya sabemos que va a haber riesgo de inundación, debemos tratar de delimitar nuestra ocupación. Respecto a las zonas que ahora ya están urbanizadas, no planteamos desmontar nuestra línea de costa sino protegerlas.
«Los municipios que podrán verse más afectados en el futuro son Orio, Zumaia, Hondarribia e Irun»
– ¿Eso qué supone, poner muros?
– No a corto plazo, pero probablemente a final de siglo sí que haya que poner muros y a lo mejor habrá que limitar el tipo de actividades que se podrán hacer en las plantas bajas o en los subterráneos. Habrá que tratar de convivir con la realidad. Es un problema muy complicado y muy serio.
– Según las previsiones, Orio perdería el 33% de la superficie residencial.
– Esas zonas habrá que protegerlas de una manera adecuada igual que ahora también hay construcciones que están en áreas inundables por ríos. Los municipios de Gipuzkoa que tienen mayor afectación en el futuro son Orio, Zumaia, Hondarribia e Irun. En estas localidades habrá que poner medidas.
– ¿Irun? Pero si no tiene playa.
– La marea sube bastante por el Bidasoa. Esto le pasa también a Orio, donde ya no solo confluye el riesgo por inundación marina, sino por inundación fluvial.
– ¿El interior de Gipuzkoa va a sufrir las consecuencias del aumento del nivel del mar?
– Sobre todo lo que va a padecer son las consecuencias del calentamiento global y va a dejar de beneficiarse del efecto de la proximidad de tener un océano en el que hasta el año 2000 las temperaturas máximas de la superficie estaban entre 22 y 23 grados, lo que suavizaba mucho las temperaturas del interior. Si la situación de calor que hemos vivido este verano se convierte en algo normal en el futuro, aumentarán sobre todo las temperaturas extremas.
– Se habla de un incremento de la temperatura del mar de 3,5 grados en 2100. ¿Es solo el principio?
– Si seguimos emitiendo así, claro. Es un proceso que tiene una larga inercia y que va a continuar en el futuro. Lo que debemos hacer es mitigar. Sabemos cuál es el origen del problema, que son nuestras emisiones de CO2, y tenemos que limitar la fuente de problemas.
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