Luis Melgar: «Soy padre gracias a dos mujeres generosas»
Diplomático ·
«Si la gestación subrogada fuera legal en España no nos habría costado 150.000 euros»ARANTXA FURUNDARENA
Domingo, 18 de noviembre 2018, 11:19
Luis Melgar, primer secretario de la embajada española en Venezuela, quería ser padre. Pablo, su marido, también. Tienen 38 años, llevan 14 juntos, seis casados. Y recurrieron a la gestación subrogada. Una donante blanca, una gestante negra, una epidemia de zika... Paula, que a sus ocho meses acaba de decir papá, es el fruto de una aventura que Melgar relata en el libro 'La cigüeña vino de Miami'.
- «¡No somos vasijas!», gritan las feministas.
- Nuestra gestante tampoco. Salisha tenía un trabajo, una vida resuelta, un hijo. Pero quería ayudar a otra pareja.
- ¿Lo habría hecho sin cobrar 30.000 dólares?
- Con lo que dura el proceso y los riesgos que implica, esa cantidad no compensa. Salisha no es pobre, sino de clase acomodada, universitaria...
- Y es negra.
- Sí. El que fuera de otra raza nos lo recomendaron en la agencia. Dicen que así hay menos posibilidad de que se establezca el vínculo. Cuando nació Paula, Salisha me cogió la mano y me dijo: «Es como Blancanieves».
- ¿Qué pasa si surge ese vínculo?
- No pueden quedarse con el niño, las gestantes no son las madres. Eso se les deja claro en todo momento.
- ¿Nunca pensaron en adoptar?
- Queríamos sentirnos padres desde el minuto menos uno. Cuando vimos las fotos de nuestros tres embriones se nos saltaron las lágrimas.
- ¿Se hicieron pruebas médicas en Caracas?
- Los análisis de esperma. Un sainete. En Estados Unidos te meten en una salita con televisión. En Venezuela la enfermera te dice: 'Papi, métete al baño y ahí te apañas'. El cerrojo roto, un niño aporreando la puerta porque se hacía pis...
- ¿Cuánto han pagado por todo el proceso?
- Unos 150.000 euros, incluidos médicos, abogados, viajes... Si esto fuera legal en España el coste sería infinitamente menor.
- ¿Ve próxima esa ley en nuestro país?
- La sociedad cada vez está más a favor. Pero el debate sigue muy enconado. Legislar pensando que el altruismo no existe me parece muy triste. En el mundo hay mujeres generosas que lo hacen por ayudar. La gestación subrogada no existiría sin altruismo.
- ¿Cuál es la parte menos fotogénica?
- La distancia. Que tú estés en Caracas y tu hijo en estado embrionario, en Miami. Y la angustia de que cada nuevo obstáculo significa más dinero. Hemos tenido mucha suerte con Salisha, pero aún así hubo algún problema. Ella no es partidaria de las medicinas. La ginecóloga veía oportuno provocarle el parto con medicamentos y se negaba. Ahí hubo un poco de tensión.
- ¿Cómo vivió el hijo de Salisha el embarazo de su madre?
- Con mucha ilusión. Ella le explicó que esa niña no era su hermana, que iba a ser su amiguita y que viviría en otro país.
- ¿Es cierto que encontró a la donante en una 'app'?
- Sí, los bancos de óvulos en Estados Unidos tienen una aplicación y vas viendo las fotos de las donantes. Algún día le enseñaremos esa foto a Paula, porque además se parece bastante a ella. Queremos que tenga claro cuál es su origen.
- Pero no podrá buscarla.
- No. La donante es anónima, no quiere ser localizada. Cuando Paula me pregunte le diré: «Tus padres luchamos contra viento y marea para traerte al mundo y estás aquí gracias a la generosidad de dos mujeres».
- ¿Criar a un bebé en la Venezuela actual es otra aventura?
- Es muy difícil conseguir suministros así que nosotros la parte logística de pañales, leche de fórmula, etc. la hemos traído de España.
- ¿Piensan darle un hermanito a Paula?
- Sí, nos queda un embrión congelado. Y nos gustaría que la gestante fuera de nuevo Salisha. Pero, por ley, tendría que ser pronto, antes de que cumpla 30 años.