«En Benidorm ya se hacen chistes de que para ver el sol habrá que ir a Donostia o a Vitoria»

La Comunidad Valenciana está sufriendo, especialmente la capital, uno de los peores temporales que se recuerdan, que ha obligado a cerrar todos los túneles de la ciudad, corta varias líneas de metro y ha provocado un colapso generalizado. Otra borrasca más tras un marzo y abril pasados por agua. «La primavera y el otoño suelen ser los meses con las máximas pluviométricas en el Meditarráneo», explica la Delegada de Aemet en el País Vasco, Margarita Martín.

De hecho, la ausencia de precipitaciones a principios de este 2022 intensificó la amenaza de sequía en muchas zonas de la península, «pero en el Mediterráneo, sobre todo en la costa valenciana, se están desquitando». En una comunidad en la que se refugian tantos jubilados vascos en busca de buen tiempo, está cayendo más agua que de costumbre.

Así lo corroboran los registros de Aemet. De hecho, se han batido varios récords. La efemérides más llamativa es la de Benimantell, a 21 kilómetros de Benidorm, donde en lo que va de año se han recogido nada menos que 954 litros por metro cuadrado, de ellos 762 solo en marzo. Por comparar, en Donostia se han contabilizado 469 litros en los primeros cuatro meses de 2022.

En Alcoy, a 56 kilómetros de Benidorm, se ha marcado otra efémides: entre enero y mayo han caído 728 litros por metro cuadrado, de ellos 462 en marzo. «Son las cifras más elevadas desde 1950, desde cuando hay registros manuales. Por comparar, en 1980 cayeron en ese periodo 384 litros», explica Martín.

En Benidorm no se ha batido ningún récord, pero por poco. Estos cuatro meses se han recogido 234 litros, 40 menos que los 274 que se contabilizaron en 2017, según los datos captados por la estación automática de Aemet hasta el 1 de mayo.

No obstante, la sensación es que está lloviendo «lo nunca visto. Desde San José está cayendo una pasada», comenta Miguel, que junto a su mujer Eukene lleva 7 años al frente del Batzoki del municipio alicantino, después de haber regentado durante 12 años el Eguzki.

Con un 95% de clientela procedente del País Vasco, la meteorología se está dejando notar al otro lado de la barra. «La gente se comunica y al final, con tanta lluvia, algunos deciden que para andar con paraguas y chamarra no vienen», comenta Miguel.

Y luego están también los que vuelven a Euskadi, «porque están mejor en casa. Aquí la gente viene buscando el sol, a por buen tiempo. De hecho, si mal no recuerdo Benidorm se ha promocionado como el municipio con 350 días de sol al año», rememora Tania Galán. «No es normal lo que está cayendo», añade la responsable de Gaztelutxo. De hecho, últimamente se están acostumbrado a ver las alcantarillas expulsando agua cuando llueve de forma torrencial

La temperatura tampoco es la habitual para estas fechas del año. «Hace unos días unos clientes que se suelen bañar en la playa me dijeron que el agua estaba a unos 14 grados, que parecía el Cantábrico en vez del Mediterráneo», relata.

Este 2022 está siendo también lluvioso en la costa catalana, pero no tanto como en la valenciana. En Reus, muy cerca de Cambrils y Salou, otros destinos muy frecuentados por guipuzcoanos, en enero y en febrero no llovió. Según los registros de Aemet, no llovió ni un litro. En marzo cayeron 70,5 litros y en abril, 72.