El LABI se da una semana más para revisar el plan de desescalada

No es habitual que el lehendakari convoque con tanta antelación esta reunión de los máximos responsables institucionales vascos, donde se marcan las pautas a seguir por la población. Aunque ya estaba previsto que pasados quince días desde el último LABI del 18 de junio, se volviera a evaluar si las medidas en vigor son acordes a la evolución de la pandemia. Esta semana de margen permitirá a los expertos del Ejecutivo analizar si esta tendencia ligeramente al alza de los contagios, que están impactando en la población más joven y que están expandiendo la variante Delta en Euskadi, continúa y si exige adoptar nuevas medidas.

Además, el comité asesor tendrá sobre la mesa la aprobación del nuevo Plan Bizi Berri IV, que ultima el Ejecutivo, como guía a partir de ahora ante los nuevos escenarios que deje el virus. Según avanzó el coordinador de la Comisión Técnica del LABI, Jonan Fernández, en este documento se plantearán las medidas a adoptar en función de la incidencia acumulada de casos positivos, las camas UCI ocupadas por pacientes Covid, el avance de las nuevas variantes del virus y la situación de la vacunación.

Estas dos últimas variables serán fundamentales. Las nuevas variantes como la Delta por su rápida y creciente transmisión, y la vacunación, por su avance hacia la inmunidad de grupo que se espera conseguir a principios del mes de agosto, sin contar aún con los menores de edad.

El último LABI supuso un acelerón hacia la normalidad, con la ampliación hasta las 2.00 horas del horario de la hostelería y a mesas con grupos de 6 personas, si bien en el interior el aforo sigue reducido a la mitad y no se puede consumir en barra. También se reabrieron las sociedades, una decisión muy esperada en Euskadi después de meses de cierre. Y se dio luz verde a eventos multitudinarios, de hasta el 30% de aforo en instalaciones con capacidad para 5.000 personas.

Todas estas medidas entraron en vigor una semana antes de que el viernes pasado se eliminara la obligación de llevar mascarilla en la calle si hay distancia, una medida muy esperada pero que se ha tomado con mucha cautela en Euskadi, donde muchos la siguen llevando ante la aparición de brotes y a la espera de recibir la inmunización. Esos nuevos contagios, la mayoría detectados entre personas jóvenes, podrían suponer una piedra en el camino de la desescalada en Euskadi.