El impuesto turístico en Euskadi oscilará de 1 a 6 euros y Donostia podrá aplicar un recargo

Estas cantidades podrán ser mayores en los municipios con más plazas de alojamiento, como San Sebastián, Bilbao y Vitoria, cuyos ayuntamientos podrán imponer recargos adicionales, como sucede por ejemplo en Barcelona, que carga más las pernoctaciones que el resto de Cataluña. En el lado opuesto, las localidades con menos plazas turísticas podrán decidir no aplicar el impuesto aprobando una bonificación del 100% en el gravamen. Una salvedad que, en cualquier caso, se podrá dar en pueblos muy concretos con pocas plazas de pernocta en los que la gestión de la recaudación para el ayuntamiento resulte más engorrosa y costosa que las cantidades que pueda llegar a ingresar.

Así aparece reflejado en el acuerdo base al que han llegado PNV y PSE –y las instituciones que gobiernan– sobre cómo será este impuesto y que, como también adelantó DV, será un tributo municipal regulado por una norma foral en cada territorio, y no una normativa de ámbito autonómico como se preveía en un principio y como ocurre en Cataluña y Baleares, las otras dos comunidades autónomas que tienen vigente este impuesto.

Eso no impide que el espíritu del acuerdo hable de instaurar un impuesto homogéneo en todo Euskadi y que sea de aplicación general en todos los municipios, con la ya mencionada excepción de aquellos con un número de plazas de alojamiento muy reducida.

No obstante, la homogeneidad está por ver, pues al decantarse al final por una normativa en cada provincia, PNV y PSE deben buscar el apoyo de alguno de los partidos de la oposición (EH Bildu, PP y/o Podemos) en Gipuzkoa y Álava, donde no cuentan con la mayoría absoluta de la que sí disfrutan en Bizkaia y en el Parlamento Vasco. Del resultado de las negociaciones en Gipuzkoa y Álava dependerá que efectivamente pueda aprobarse un impuesto igual en todo Euskadi o, como sucede en otros tributos, vaya a haber diferencias entre territorios.

Según ha podido saber este periódico, aún quedan por perfilar detalles, pero el grueso del impuesto ya está acordado. De hecho, las diputaciones ya han lanzado el proceso administrativo necesario para aprobar las nuevas normas forales. La semana pasada tanto Gipuzkoa como Bizkaia y Álava abrieron la consulta previa sobre el anteproyecto de norma para que entidades y ciudadanos expresen su opinión durante 15 días naturales a partir del día 24.

El objetivo es que los ejecutivos territoriales puedan presentar un proyecto de norma antes de fin de año para que el impuesto se active a lo largo de 2026.

Será un impuesto municipal cuya recaudación irá a parar íntegramente a las arcas de la localidad donde el visitante lo abona. Como es habitual en los lugares donde ya se cobra, serán los establecimientos los encargados de cargárselo a los clientes en sus facturas de alojamiento.

Las tarifas más baratas serán las de los campings, y las más elevadas, las de los hoteles de lujo. Los ayuntamientos tendrán margen de maniobra para instaurar en su municipio la tarifa concreta dentro de una horquilla predeterminada para cada tipo y categoría de establecimiento. Esto es, la norma deja autonomía municipal para que cada ayuntamiento decida si en sus campings se cobra entre 1 o 2 euros, por ejemplo, y en los hoteles de alto standing, entre 5 y 6 euros, por apuntar dos ejemplos de rango no confirmados todavía.

Con el 100% de los recursos destinado a cada ayuntamiento, el debate sobre el destino de los ingresos que genere el gravamen (municipio, apoyo al sector o reparto entre ambos) se ha solucionado con el compromiso del Gobierno Vasco de añadir cada año al presupuesto ordinario del departamento de Turismo, una dotación extraordinaria destinada exclusivamente a medidas de apoyo al sector turístico (promoción, formación, digitalización...). Una aportación cuyo objetivo es llegar a los municipios que por tamaño o capacidad alojativa no se vean tan beneficiados por la creación de este impuesto, así como al conjunto de empresas turísticas, independientemente de su localización.

Eso sí, la capacidad que el texto confiere a los principles destinos turísticos de Euskadi para poder añadir un recargo adicional a la tarifa general o, en el lado opuesto, a las localidades con menos huéspedes para no cobrar el impuesto, vendrá determinada por el número de plazas de pernocta en el municipio, no por su tamaño o población. Esto es, una localidad pequeña en la que exista un camping con muchas plazas, será a estos efectos mayor que otra con más habitantes pero en las que apenas haya un par de casas u hoteles rurales de pequeño tamaño.

Esos criterios de corte y otros detalles, como la edad del visitante a partir de la cual se cobrará el gravamen, prevén ser dadas a conocer en septiembre, una vez que el Gobierno Vasco y las diputaciones dejen definidos todos los pormenores del impuesto.