«Fumo treinta porros al día»

La Policía detuvo al supuesto traficante cuando circulaba en su coche por una carretera próxima a Urrugne. Una inspección preliminar pemitió apreciar que llevaba una pelota de hachís en la cazadora. Posteriormente se localizaron doce paquetes de resina envueltos en plástico transparente, además de una «barra de jabón» en la mochila. El detenido se excusó diciendo que transportaba la droga para su consumo personal en Alemania, donde reside y trabaja. Esa misma versión mantuvo este lunes ante el juez. A la pregunta de dónde había obtenido el hachís, se limitó a responder que había conocido a una persona en un bar de España, donde acababa de pasar unos días de vacaciones, que le había ofrecido la sustancia y había aceptado el trato.

Al tribunal de Baiona no le convencieron las palabras del acusado. Según revela 'Sud Ouest', el juez razonó que no tiene mucho sentido cruzar media Europa con semejante carga de droga «viviendo en una región fronteriza con Países Bajos, cuya legislación sobre estupefacientes es conocida». En la vista, además salió a relucir que el detenido tenía un historial por robos y hurtos cometidos en España entre 1994 y 2002 para financiar su antigua adicción a la heroína y la cocaína. Todo parece indicar que a partir de ahora deberá buscar una nueva vía para dar satisfacción a su desmedida afición por el hachís.