Un hombre y una mujer pasean por el puerto de Getaria. MORQUECHO

El envejecimiento se acelera a los 44 y a los 60

Científicos descubren que a esas edades se producen cambios moleculares que influyen en el metabolismo y elevan el riesgo de contraer algunas enfermedades

Miguel Ángel Mata

San Sebastián

Martes, 27 de agosto 2024, 02:00

El envejecimiento es un proceso gradual pero no lleva un ritmo constante ni uniforme. Tiene momentos en los que la marcha se acelera y ... el cuerpo humano se deteriora a una velocidad mucho mayor. Como si pasase de caminar cuesta abajo a, de pronto, tropezarse y caer rodando por una pendiente más empinada, hasta que vuelve a recuperar el equilibrio, se estabiliza y regresa a la cuesta abajo varios metros más allá del punto del tropezón.

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Esas crisis se producen en torno a los 44 años y los 60, y vienen motivadas por cambios moleculares significativos que influyen en el metabolismo. Como tal, afectan a nuestra capacidad de eliminar sustancias tóxicas. Son, por tanto, momentos en los que aumentan de forma notable los riesgos de padecer determinadas enfermedades o dolencias.

Así lo señala un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford (EE UU) en un artículo publicado estos días en la revista científica 'Nature', en su sección centrada en el envejecimiento 'Nature Aging'. El estudio concluye que en torno a los 44 años se producen cambios de primer orden en el organismo que alteran la cantidad de moléculas relacionadas con las enfermedades cardiovasculares y la capacidad de metabolizar la cafeína, el alcohol y los lípidos (grasas). Ello favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares y acelera el deterioro de la piel y los músculos.

A los 44

Se aviva el deterioro de piel y músculos y se resienten el sistema cardiovascular y la metabolización de grasas, alcohol y cafeína

A los 60, ocurre lo mismo con la capacidad de metabolización de los carbohidratos, así como con las moléculas vinculadas a la regulación del sistema inmunológico y a la función de los riñones. Y, de nuevo, fluctúa el número de moléculas relacionadas con las enfermedades cardiovasculares, con el envejecimiento de la piel y los músculos, y las vinculadas a la metabolización de la cafeína.

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Hay otro pico importante de envejecimiento en torno a los 78 años, pero este estudio no ha podido analizarlo porque el participante de mayor edad tenía 75.

A los 60

Los cambios hacen menguar la metabolización de carbohidratos y se debilita el sistema inmunológico

Para llegar a estas conclusiones, que contravienen la teoría aceptada hasta ahora de que el envejecimiento era un proceso relativamente lineal, se ha contado con la participación de 108 voluntarios de entre 25 y 75 años a los que se han analizado muestras de sangre, heces e hisopos de piel orales y nasales cada pocos meses durante varios años. En total, se han cotejado 135.000 moléculas diferentes, entre las que había muestras de ARN, microbios de bacterias, virus y hongos que habitan en el organismo humano. Estos análisis han dado lugar a casi 250.000 millones de datos.

Los resultados han sorprendido a los propios investigadores, pues demostrarían que el envejecimiento se concentraría en dos fases muy concretas de la vida humana. «No cambiamos uniformemente con el tiempo; hay algunos cambios realmente drásticos», explica el autor principal del estudio, el doctor y profesor de genética Michael Snyder, que remarca que el 81% de los grupos de moléculas analizados mostraron fluctuaciones no lineales en número, lo que significa que su cantidad aumentó o se redujo más en ciertas edades que en otros momentos. Cuando se buscó un patrón común en los conjuntos con mayores transformaciones en su cantidad, se observó que estas ocurrían cuando las personas tenían alrededor de 44 años y 60.

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Hábitos, no biología

La siguiente pregunta es saber el porqué. No hay respuesta concluyente. Los autores del estudio (Xiaotao Shen, Chuchu Wang, Xin Zhou, Wenyu Zhou, Daniel Hornburg y Si Wu, además de Snyder), creen que algunos de estas alteraciones pueden estar relacionadas con cambios en el estilo de vida o de conducta que se concentran en estos grupos de edad, más que en factores biológicos.

Se basan en que son momentos vitales especiales, que pueden generar estrés, lo que llevaría a modificar hábitos de consumo y/o conducta. Por ejemplo, una disfunción en el metabolismo del alcohol podría ser resultado de un aumento en el consumo de esta sustancia entrados los 40 años. La cuarentena es una etapa de cuestionamiento personal y vital (crisis de los 40), al igual que la sesentena, cuando se encara la edad de jubilación y la vejez.

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La inspiración para llevar adelante el estudio fue la de buscar posibles respuestas al hecho de que el riesgo de desarrollar muchas de las enfermedades relacionadas con la edad no aumenta de manera lineal con el paso de los años. Sucede por ejemplo con el alzhéimer y las enfermedades cardiovasculares, cuyo riesgo va en ascenso de forma sostenida en los menores de 60 años y aumenta drásticamente a partir de esa edad.

Lo que es seguro es que en esos dos momentos vitales se producen cambios en el organismo humano que influyen en la salud. Por ello los investigadores defienden la necesidad de aumentar la práctica de ejercicio físico para proteger el corazón y mantener la masa muscular en ambas edades, o disminuir el consumo de alcohol a los 40 años, ya que la capacidad para metabolizarlo se ralentiza.

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