El 45% de los vascos cree que se debería imponer un nuevo confinamiento domiciliario

El gabinete de prospección sociológica del Gobierno Vasco ha realizado un estudio sobre las percepciones de la ciudadanía en torno a la pandemia cuyos resultados revelan que casi la mitad de la población cree todavía que lo peor está todavía por pasar y que, para doblegar realmente al virus, serían necesarias medidas más restrictivas. Entre ellas el confinamiento domiciliario, por el que apuestan el 45% de los encuestados. Respecto a la vacuna, tres de cada cuatro aseguran que se la pondrán cuando les toque y el 61% da por válida la información sobre la eficacia y seguridad que están aportando las instituciones y las empresas farmacéuticas.

La encuesta se ha realizado entre los días 27 y 30 del pasado enero entre 900 personas y el 42% cree que no se podrá volver a vivir como antes de la pandemia en 2022 y otro 26% retrasa esa fecha hasta 2023. Sólo el 13% aspira a recuperar la normalidad antes de fin de año y un 6% este mismo verano. Estos resultados coinciden con la baja percepción de que lo peor ya ha pasado. Sólo lo piensan así el 14% de los consultados. Sin embargo, un 45% teme que lo peor esté todavía por llegar.

Muestra de la gran preocupación y angustia con la que los vascos están viviendo la pandemia es que un 40% considera que, ante su evolución actual, deberían imponerse medidas más restrictivas y solo un 2% cree que las medidas deberían ser menos restrictivas. Un 28% estima que para que la situación mejore deberían adoptarse medidas diferentes de las adoptadas hasta el momento y solo un 24% estima que las medidas actuales son las adecuadas.

Estas apreciaciones varían en función de las limitaciones que se han establecido. Así, un 55% cree que la norma actual que prohíbe los desplazamientos entre municipios en Euskadi es la más adecuada, un 24% que solo deberían prohibirse en las localidades en las que la situación es peor, y sólo un 16% que no se debería limitarse la movilidad entre ellas. Este porcentaje de aceptación aumenta al 61% al valorar la restricción de las reuniones en grupo a un máximo de 4 personas. Sin embargo, un 30% opina que deberían prohibirse todas las reuniones entre personas no convivientes y un 6% por el contrario, que no deberían limitarse los encuentros grupales.

Sobre el cierre de la hostelería, un 46% se muestra de acuerdo con la medida en municipios con una tasa de incidencia superior a los 500 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Pero es que un 23% considera que debería cerrarse en todos los municipios, mientras que para otro 27% la hostelería debería seguir abierta en todos los municipios.

En cuanto a la limitación para realizar deporte en grupo, el 42% está de acuerdo con la norma vigente, que prohíbe el deporte en grupo en los municipios en los que la situación es peor. Un 35%, sin embargo, cree que debería prohibirse en todos los municipios, y solo un 19% que no debería prohibirse en ningún municipio.

La encuesta constata que se mantiene la «alta preocupación» por la pandemia y un 89% declaran estarlo mucho. Sin embargo, son menos las personas que se muestran muy o bastante preocupadas por enfermar ellas mismas (78%) que quienes lo están por el hecho de que puedan enfermar otras personas de su entorno cercano (93%).

Las actividades que se perciben como de mayor riesgo para contagiarse son las reuniones en domicilios particulares con personas no convivientes (un 89% cree que tiene mucho o bastante riesgo), desplazarse en transporte público (85%) y comer o beber en el interior de bares o restaurantes (80%). Se percibe como menos peligroso trabajar en un espacio cerrado con otras personas (77%), asistir a clase (73%) o ir a tiendas o centros comerciales (73%).

En cualquier caso, un 71% de la población considera que es «poco o nada probable» que se contagie de coronavirus, teniendo en cuenta sus actividades, sus contactos personales y las medidas de prevención que adopta. Sólo un 7% cree que es «muy probable» y un 18% que es «bastante probable».

Respecto a la vacunación, un 75% de la población afirma que, cuando se le ofrezca la posibilidad de vacunarse, acudirá a inocularse el antídoto. Un 19% todavía no está seguro de lo que hará y solo un 5% afirma que no se vacunará. Los principales motivos para no querer vacunarse son que preferirían esperar más (lo menciona un 41% de quienes afirman que no se vacunarán), y que creen que la vacuna no es segura (30%).