«Estudiar después de jubilarnos ha sido la mejor decisión que hemos tomado nunca»

Jubilarse es dejar de trabajar, pero eso no significa quedarse de brazos cruzados. Y, si no, que se lo pregunten a Rosa Ayerza y Javier Torrealdea, dos de los veintiséis alumnos de cuarto curso del título universitario en Ciencias Humanas ofertado en el marco de las aulas de la experiencia de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en Gipuzkoa para mayores de 55 años. Siempre han sido «muy curiosos» y cuando dejaron de trabajar, hace ya varios años, no lo dudaron. Tenían que seguir formándose para que su mente continuara activa. «Estudiar después de jubilarnos ha sido la mejor decisión que hemos tomado nunca», aseguran ambos compañeros de clase.

Rosa, natural de Tolosa pero residente en Zarautz, tiene 70 años y nunca ha estudiado una carrera universitaria hasta que se matriculó en este grado. Cuando cumplió la mayoría de edad, después de terminar el Bachillerato, se puso a trabajar «como comercial de máquinas de herramienta». Estuvo así durante «muchos años». Compaginaba su vida profesional con la personal y, entre otras cosas, dedicaba mucho de su tiempo libre a devorar libros. «Siempre me ha gustado mucho leer», asegura en el descanso del primer encuentro de los alumnos de las aulas de la experiencia de las tres facultades vascas, que tuvo lugar ayer en el centro Carlos Santamaría de Donostia. «Los clientes me solían preguntan qué iba a hacer al jubilarme y les solía decir que quería estudiar Historia», dice entre risas.

Dicho y hecho. Se matriculó en pandemia y nada más recuperarse las clases presenciales, le llamaron para empezar el curso. Era 2020. Ahora, cuatro años después, está a punto de finalizar estos estudios que tanto le han «aportado. Es lo mejor que me ha podido pasas después de la jubilación. Nos llevamos todos estupendamente bien, los profesores son extraordinarios y hemos aprendido muchísimo», reflexiona cuando apenas queda un mes para que finalice el curso académico y, con él, este grado en Ciencias Humanas en el que ha aprendido, entre otras cosas, «mucha historia». Por ejemplo, le «encantan» los «debates que se generaban en la asignatura Historia Universal», donde veían una película histórica y después reflexionaban al respecto. En todo este tiempo también han estudiado otras materias como Filosofía, Historia de la Literatura o Evolución Humana y Sexualidad, además de Psicología.

«Estas clases nos aportan muchísimo. Yo soy mujer, abuela... Pero todas las mañanas me pinto los ojos, me visto y vengo a mis clases. Es una forma de dedicarnos un poco de tiempo a nosotros mismos, que también es muy importante», asegura Rosa, que insiste que estos cuatro años se le han pasado «en un abrir y cerrar de ojos. Estoy muy triste porque se vaya a terminar ya, pero el próximo curso voy a apuntarme a alguna asignatura de la carrera de Antropología» con los recién graduados. Tras haber pasado por las aulas de la experiencia, los mayores optan a esta opción.

Javier, donostiarra de 73 años, también tiene la idea de seguir formándose. En su caso, apuesta por Filosofía, si bien dice que «con una asignatura semestral será suficiente» porque «seguir el ritmo a los más jóvenes es más complicado». En su momento, él estudió Física y durante toda su etapa profesional se ha dedicado a ello, hasta que se jubiló. Como a Rosa, a él también «siempre» le ha gustado «mucho aprender. El de las Ciencias Humanas era un mundo que desconocía y las aulas de la experiencia una oportunidad perfecta para adentrarme en él».

El curso consiste en clases diarias de lunes a jueves, de unas tres o cuatro horas, dependiendo del día. Además, aprovechan las horas de descanso o los días libres para hacer otro tipo de actividades, como ir a tomar un café, cenar o ir de sidrería. «Nos lo pasamos estupendamente, hemos hecho un grupo muy bonito», dice Javier mientras comparte una mirada cómplice con Rosa.

Cada año hacen un gran viaje y este, que es el último, no iba a ser menos. El 24 de mayo les dan la orla y el 25 ponen «rumbo a Vietnam y Camboya», una ruta por el sudeste Asiático en la que además de excursiones culturales, harán «mucho turismo», probarán la gastronomía típica y disfrutarán de paisajes diferentes. «Es un viaje de ocio. Vamos la mayoría y estamos muy emocionados. La edad es solo un número, pero tenemos que seguir siendo activos cuando nos jubilamos. Es una etapa muy bonita», cerciora.