Quejas de las familias de alumnos de los colegios que tendrán que suspender el horario continuo
Según las Ampas de estos centros, encuestas internas que han remitido a Educación avalan ese modelo de organización
Las familias de estudiantes de Secundaria que en la actualidad acuden a sus centros con una jornada continua piden al departamento de Educación que ... mantenga ese planteamiento horario. No quieren regresar a la jornada partida en septiembre para el curso 2022-23. Sus peticiones van acompañadas, en muchos casos, de una encuesta interna en la que participa la comunidad educativa– alumnos, profesores y progenitores–. En todas ellas se constata por amplísima mayoría, más de un 90%, que todas las partes quieren seguir con ese modelo de organización diaria, de 8.00 a 14.00 horas.
El resultado de esas encuestas se ha remitido a Educación bien a través de las direcciones de los centros, bien a través de las asociaciones de padres y madres (AMPAS). La mayoría están a la espera de una respuesta oficial pero algunos de ellos ya han recibido la confirmación de que el curso que viene su horario será partido.
La jornada continua se instauró en algunos centros con la llegada de la pandemia. La imposibilidad de que se pudiera hacer frente a los turnos de comedores con los requisitos de los protocolos Covid obligó a muchos centros en el curso 20-21 a replantear y concentrar su horario lectivo para conseguir una bajada en la demanda del servicio de comedor. Este curso con el Covid todavía como regulador de la normativa diaria en los colegios, y después de un intenso debate con los responsables de Educación, los centros consiguieron una prórroga de un año con el horario intensivo. A estos colegios se añaden los que están adscritos al programa Hauspoa que ofrece refuerzo y talleres, 28 en Gipuzkoa. En la práctica estos institutos se organizan con un horario de jornada continua que oferta talleres por la tarde para aquellos alumnos que quieren participar.
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La comunidad educativa vasca apuesta por la jornada partida
Con la vuelta a la normalidad de la era Covid y el fin de Hauspoa, que se reconvierte en un nuevo programa llamado Heda-tze para cuya implantación los requisitos son más exigentes, los institutos deberán regresar al horario de mañana y tarde.
Es el caso del instituto Peñaflorida-Usandizaga de San Sebastián donde llevan dos cursos con jornada continua por la pandemia y en septiembre deberán regresar al horario partido. El AMPA realizó un sondeo a toda la comunidad educativa de la ESO donde estudian alrededor de mil estudiantes. «El 95% de las respuestas fueron favorables a seguir como estamos», comenta Anabel Ruiz, miembro de Sustapen. Los padres y madres están convencidos de las «ventajas» que ha traído un horario continuado en sus hijos mayores de 12 años.
Las cifras
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84 centros públicos de Euskadi, 28 en Gipuzkoa, han estado adheridos al programa Hauspoa, que ahora pasará a llamarse Hedatze.
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316.000 alumnos vascos cursan sus estudios entre las etapas de Infantil y Bachillerato en los colegios e institutos de la comunidad.
«Reduce el número de horas en el centro, reduce la conflictividad, especialmente en las horas de la jangela, los chavales se pueden organizar con tiempo y están más descansados porque los que van a comer a casa tienen cuatro viajes donde se emplean muchos minutos», cuenta. Tilda de «imposición» el regreso al horario partido y anuncia que no se quedarán de brazos cruzados si se confirma lo que ya les han dicho desde dirección. «En septiembre regresamos al horario partido, nos vamos a movilizar. Lo hemos probado y no lo queremos», afirma.
Recogida de firmas
En Erniobe de Villabona llevan con jornada continua tres años, dos por obras y uno por Covid. Es el segundo curso que han planteado una encuesta a su comunidad y «la segunda que en más de un 90% quieren mantener este horario», dice Josemi Eizaguirre, jefe de estudios del centro. Reconoce que están «resignados» a volver a la jornada partida. En su experiencia «las horas de la tarde no se aprovechan más que las del final de un horario seguido. Eran bastante sufridas y mantener la atención resultaba complicado. No hay mucha diferencia», manifiesta. A esto añade la particularidad de que a su centro acuden estudiantes de localidades colindantes. «El horario partido les obliga a hacer cuatro viajes y a emplear demasiado tiempo en hacer kilómetros. Algunos se 'comen' la tarde para hacer otras cosas. No vemos las ventajas del cambio», sostiene.
Por otra parte las familias de colegios de Errenteria están recogiendo firmas para mantener el horario continuo que también han experimentado por la pandemia. «No es cierto que las notas sean peores ni que a las familias nos salga más caro», dice una madre. «Al contrario, comer en casa les beneficia, tienen más tiempo para organizarse por la tarde para hacer cosas», comenta. «Hablamos desde la experiencia y para nosotros es positiva».
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