Santi Martínez: «Fue duro no poder juntarnos todos los amigos por las restricciones»
Este joven, que cursa 3º de ESO en el colegio Jesuitak de Donostia y sus amigos buscaron en los juegos por internet una alternativa para poder relacionarse
«¿El peor momento de la pandemia? El principio, cuando nos pusieron la mascarilla», responde rápido el donostiarra Santi Martínez, aunque según avanza la conversación ... alarga esa lista. Y es que las restricciones en la adolescencia también han supuesto una barrera más allá del aula. Este joven, que cursa 3º de ESO en el colegio Jesuitak de Donostia, reconoce que «fue duro que no nos pudiéramos juntar más de 4 personas porque en la cuadrilla somos bastantes más». Este joven y sus amigos buscaron en los juegos por internet una alternativa para poder relacionarse. «Jugábamos a la play online; las consolas han ayudado bastante», dice. Sobre el cubrebocas recuerda cómo le costó acostumbrarse, «me la solía olvidar en casa al principio», aunque a estas alturas ponerse la mascarilla se ha convertido en un gesto tan rutinario y corriente como ponerse la cazadora antes de salir a la calle. «En sí ya me he hecho después de tanto tiempo aunque tengo ganas de quitármela ya por que es un rollo y no tener que llevarla en clase va a ser un alivio», afirma Santi, a quien no costó sensibilizar de la necesidad de utilizarla para frenar la propagación del covid.
José Antonio Oleaga | Sociólogo
Freno a las relaciones sociales en una etapa en la que son vitales
Ser adolescente nunca ha sido fácil pero puede que a partir de 2020 lo fuera un poco más. Y es que este colectivo ha sido otro de los grandes damnificados de esta pandemia, una etapa «vital de identidad personal, en la que tienes que descubrir quién eres y cómo quieres ser, conocer tu entorno... y en este contexto pandémico, con limitaciones de todo tipo -mascarillas, cierre de aulas, clases online, restricciones de grupo de personas....- ha resultado muy difícil», explica el presidente de la Asociación Vasca de Sociología y Ciencia Política, José Antonio Oleaga, que no pasa por alto todos los problemas de salud mental que están aflorando entre los jóvenes. «Han tenido que sufrirlo cuando oyes a los chavales todos los episodios de tristeza, ansiedad, etcétera que están atravesando. Los datos ya lo avalan junto con el crecimiento de las consultas» de salud mental.
«Los jóvenes, como categoría social, han sido señalados injustamente»
Este experto expone que «a estas edades necesitan «socializar con sus iguales» y la pandemia les ha privado de este tiempo para compartir una caña o un problema en confianza con sus amigos. «Ha supuesto un cambio radical para ellos», enfatiza. «Lo mismo hacían planes que luego ya no se podía; los confinamientos en casa; la limitación de cuatro personas; entrar a las discotecas con mascarilla... Los bares no son como ir a misa y aunque hagamos un uso responsable del alcohol, se hace en un contexto de desinhibición donde no tengas que estar controlando». Por no hablar de los ligues y el tonteo, tan difíciles de gestionar en mitad de una pandemia.
Al hecho de no poder juntarse como lo hacían antes de que el covid hiciera saltar todo por los aires, se une otro problema añadido, a juicio de Oleaga. «Ha habido parte de la juventud que ha generado ciertos problemas, sobre todo en verano con el tema de las fiestas, quedadas y los botellones. Las noticias de peleas y demás eran muy aparatosas y se extendió la sensación de que los jóvenes hacían lo que les daba la gana y eran los culpables de la situación. Creo que han sido señalados injustamente. Sí había cretinos, pero también los ha habido entre las personas mayores», defiende al tiempo que entiende esta rebeldía propia de la edad: «hacer lo contrario a lo que me digan».
Una vez pasada la tempestad, o al menos los momentos más críticos de esta crisis sanitaria, Oleaga cree que «esta va a ser una generación mejor que la anterior, al igual que ocurre siempre, y esta no va a ser una excepción. La ventaja de la juventud es que son flexibles y resilientes y te deja menos marca que quizá a una persona mayor».
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