Las familias evitan el colegio para esquivar un confinamiento en Navidad
Muchos progenitores deciden no llevar a sus hijos a clase la semana que viene como autoprotección ante el aumento de contagio
La incidencia de la sexta ola en los centros escolares en esta recta final del trimestre sigue imparable, y muchas familias no quieren 'arriesgar' ... la Navidad y han decidido dejar a sus hijos en casa desde ya. Ayer se volvió a batir un nuevo récord de aulas cerradas, con 385 clases –107 más que el jueves–, lo que supone 10.000 escolares obligados a confinarse, en su mayoría menores de 12 años.
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Ante esta escalada imparable, y confiando en que tras las vacaciones y con la vacunación en marcha, la situación mejore, muchas familias están optando por adelantar las vacaciones como medida de precaución. Dejan de llevar a sus hijos al colegios para que no tengan contacto con otros compañeros y reducir el riesgo de infección o de confinamiento por contacto estrecho. «Una medida de autoprotección para no jugarnos las vacaciones de Navidad», dice un padre guipuzcoano que puso fin al primer trimestre ayer viernes. «Cruzo los dedos para que no nos avisen este fin de semana de algún caso en su clase», comenta.
El lunes será el último día para muchos centros de Donostia mientras que en el resto del territorio acaban el 23. Pero estos días previos a las vacaciones de Navidad no suelen tener demasiada actividad académica más allá de celebraciones internas previas a las fechas festivas, sobre todo entre los más pequeños. Y las familias no quieren arriesgarse a pasar estas fechas confinados, ante el reguero de positivos y confinamientos.
El protocolo en las aulas es claro. Con un positivo, todos confinados hasta superar una o dos pruebas. Y un aviso de positivo en el aula la semana que viene, el lunes por ejemplo, supondría que todos los compañeros deberán estar en casa hasta que tengan los resultados del primer test de saliva, unos cuantos días después. Y es que el embudo en el que se encuentra Osakidetza desde hace semanas por el incremento de casos puede demorar los resultados hasta más de 6 días entre el aviso de recogida de kit de saliva, la realización de la prueba y el diagnóstico.
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De esta forma, en el mejor de los casos, la familia del menor se quedaría sin poder hacer planes en Nochebuena y Navidad porque su pequeño está obligado a estar en cuarentena. Si es negativo, y el resto de sus compañeros también, podría salir de casa aumentando las medidas de protección y debería hacerse otro test de saliva al octavo día del contacto con el positivo de su clase.
Sin embargo, si en ese cribado otro compañero de clase da positivo, tendrá que hacer cuarentena hasta saber el resultado del segundo test de saliva y solo si es negativo, podría volver a pisar la calle al undécimo día desde que dejó el aula. Lo que conllevaría permanecer hasta fin de año en casa.
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Si fuera positivo la familia debe intentar que esté aislado en casa, en la medida que su edad lo permita, aunque en la práctica, toda la familia se queda prácticamente confinada.
Los niños de entre 6 y 12 años son los que mayor tasa de incidencia presentan con 2.547 casos por cada 100.000 habitantes, según los últimos datos de Salud, la más elevada por grupos de edad. La siguiente franja más afectada corresponde a muchos de sus padres, entre 40 y 49 años con 1.369 casos.
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