«Hay chicos de 16 años que escriben 'llo', en lugar de 'yo'»

«Hace años que en nuestro centro penalizamos el error ortográfico y, lo que es más importante, nos preocupamos por el nivel de la escritura de nuestros alumnos», cuenta Ion Gil, director de Bachillerato de Aldapeta María Ikastetxea. Si bien en Euskadi se viene pidiendo desde hace años en las pruebas de Selectividad «precisión en el lenguaje», en otras partes de España no es así, «y tal vez por eso se haya adoptado ahora esta decisión», apunta Gil.

«En general, yo creo que el nivel de nuestros estudiantes es aceptable, pero claro que hay casos llamativos. En definitiva, es un campo en el que siempre se va a poder mejorar», asegura este profesor, que matiza que «dentro de la preocupación que existe, eso sí lo admitimos, no se puede hablar de una hecatombe o de un desastre». Gil, como docente, intenta hacer ver a sus estudiantes que «tengan cuidado a la hora de escribir con el contexto, los matices de las palabras... Ese tipo de cosas cambian el sentido de la frase y dan al traste con lo que se quiere decir».

A la hora de valorar el nivel de la escritura, el ciudadano medio suele pensar en errores ortográficos como olvidarse de una 'h' o poner mal una tilde –u obviarla, directamente–, pero es un campo que comprende más áreas, como la gramática, la comprensión del mensaje, la cohesión del texto, la riqueza del lenguaje... De esto sabe bastante María del Mar Boíllos, doctora internacional en Innovación Educativa y Aprendizaje y que trabaja en la Facultad de Educación de la UPV/EHU. Ella ha corregido en varias ediciones exámenes de la Selectividad y admite que «se nota que hay alumnos que han escrito muy poco en su vida. Es así. Se les ven las costuras cuando tienen que construir textos complejos, no tienen recursos», sentencia.

Boíllos, que lleva años trabajando con estudiantes vascos de 18 a 22 años, incide en que «el nivel de la escritura se tiene que trabajar mucho más desde Primaria. Al niño hay que enseñarle a escribir en los diferentes géneros, que se enfrente a diferentes situaciones, a identificar bien los contextos, etcétera». Porque escribir bien no solo debe afectar a las asignaturas de letras, sino a todas las demás. «No vale olvidarse de la ortografía haciendo un examen de Matemáticas», reclama. Boíllos constata que «en los últimos años sí percibo una mayor necesidad de trabajar y mejorar la escritura, pero hay que entender que la ortografía es solo una pata más de la mesa».

La irrupción de la mensajería móvil y las redes sociales ha propiciado que muchos jóvenes escriban, por poner algunos ejemplos, 'xke' en lugar de 'por qué' o 'tqm' en vez de 'te quiero mucho'. «Vivimos en la sociedad de las prisas, en la que hay que hacer todo superrápido y quitárnoslo de encima cuanto antes», lamenta la profesora de la UPV/EHU, quien subraya que «creo que en las calles no se le da la importancia que merece a la escritura». «Si la gente, no solo los jóvenes, fuese consciente de lo que proyecta de ellos un mensaje o un texto, sería mucho más cuidadosa a la hora de escribir», asevera.

¿A quién no se le ha olvidado alguna vez poner alguna tilde? De entre los errores más comunes en la escritura –en castellano– la acentuación de las palabras suele estar recurrentemente en el podio. «Sí, las tildes suelen ser el error más común entre nuestros alumnos», explica Julen Otegi, coordinador de Secundaria y Bachillerato en Axular Lizeoa de Donostia. «Nosotros en la asignatura de Lengua sí penalizamos por cada error, pero no suspendemos a nadie por poner 'san sebastián' con minúsculas, por ejemplo», reconoce con una sonrisa.

Con todo, hay contextos académicos en los que no están permitidos los fallos. «Yo enseño Competencia Educativa en la universidad y, como es obvio, no admito ni en los exámenes ni mucho menos en los trabajos finales de grado ni un solo error. Los textos tienen que estar impolutos», recalca Boíllos. La docente de la UPV se refiere también «a las comas o a las tildes como los fallos más habituales, pero uno de los que más me preocupa a mí es la organización de los párrafos. Ese es uno de los grandes retos de los estudiantes a la hora de escribir, porque cuando jerarquizas un párrafo ya estás tomando una decisión importante, e igual no son conscientes de ello».

En Aldapeta María Ikastetxea Ion Gil coordina la enseñanza de decenas de alumnos guipuzcoanos entre los 16 y los 18 años. «En la mayoría de los casos los alumnos no cometen errores diferentes a los que cometen los adultos», aclara Gil, quien comenta que «se pueden olvidar de las tildes, un 'a podido' sin la 'h'... También me preocupa que el grueso de la sociedad pueda caer de vez en cuando en estos errores».

Desde el departamento de Lengua de un instituto donostiarra afirman que «hemos corregido hace poco un trabajo de una chica de 1º de Bachillerato –16 o 17 años– en el que se lee la palabra 'habentura', así escrita». Además, revelan con pesar que «hay alumnos de 16 años que ponen 'llo', en lugar de 'yo', sin tener dislexia ni ningún tipo de condición por la que les resulte difícil escribir correctamente. Y las tildes, directamente, no existen. Eso es muy grave».

Desde Axular Lizeoa también confiesan que «se está notando una involución en el nivel de la escritura, aunque sea triste reconocerlo». Julen Otegi, el coordinador de Secundaria y Bachillerato, apunta a las redes sociales «que, por supuesto, no han ayudado nada a la hora de escribir, ni a los chavales ni a los adultos». Por su parte, la responsable del departamento de Lengua de un instituto donostiarra manifiesta que «mis alumnos me recomiendan que vea sus cuentas de TikTok favoritas, y cuando entro y veo cómo escriben... Se me cae el alma a los pies. De verdad, es muy duro, están haciendo mucho daño».

Al hilo de esto, con el fin de combatir el efecto de las redes sociales entre los más jóvenes, la asociación de padres Altxa Burua Tolosa llevó a cabo recientemente un estudio con 165 profesores del municipio tolosarra. Por ejemplo, el 87% de docentes de Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato cree que el nivel de escritura ha empeorado por el uso de las nuevas tecnologías. En FP ese dato baja algo, hasta el 77%. Además, dos de cada tres maestros observan que el nivel de lectura ha disminuido tanto en Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato, como en Formación Profesional. El porcentaje es similar en cuanto a comprensión lectora (68%).

Una vez expuestas las preocupaciones, es momento de abordar las posibles soluciones a un problema que genera interés e inquietud en la comunidad educativa vasca. Desde Aldapeta María Ikastetxea Ion Gil, el director de Bachillerato, explica que «les hacemos escribir a mano muchas veces. Redacciones, informes, etc. ¿Por qué? Porque están perdiendo mucha velocidad, lo que antes se hacía en 90 minutos ahora lo están haciendo en 120, y no es porque sean más lentos a la hora de procesar la información, es porque les cuesta más utilizar el bolígrafo al estar más acostumbrados al teclado».

Gil también pide a sus alumnos que «escriban un diario en casa, pero muy pocos me hacen caso», suspira. «Les animo a replicar hojas de periódicos, por ejemplo. Eso se está perdiendo y es muy importante, porque el día de mañana van a necesitar un buen nivel de escritura». Otegi, de Axular Lizeoa, destaca la importancia de «la lectura. Intentamos que lean lo máximo posible y para ello les planteamos diferentes alternativas, para que les resulte atractivo. Lo más gracioso es que cuando se ponen a leer luego descubren que les gusta».

En este centro del barrio donostiarra de Aiete implementaron hace años una aplicación informática práctica, con la que los alumnos se encuentran con imágenes de paneles o carteles que se ven a diario en la calle, y en los que tienen que identificar los posibles errores que existan. «Les ayuda a prestar atención a lo que leen», remata Otegi.