Un centro concertado de Villabona devolverá 140.000 euros por tener dos aulas sin alumnos

Desde Educación aseguran que fue «una inspección rutinaria» en diciembre del año pasado la que se percató de que el número de escolares matriculados en la ikastola no se correspondía con los que realmente asistían a las clases en Infantil. Así queda reflejado en el Boletín Oficial del País Vasco (BOPV) de este martes, en el que se resuelve que la ikastola tiene la «obligación de reintegrar a la Tesorería General del País Vasco la cantidad correspondiente a las unidades modificadas», tras haberse detectado por el servicio de Inspección «irregularidades en la matrícula del centro».

Una vez descubierto el descuadre, desde Educación se creó una comisión de análisis para evaluar la situación en la que se investigaron los hechos y se comprobó que la irregularidad existía. A raíz de ahí, pusieron en marcha una comisión de conciliación en la que acordaron que la ikastola Zubimusu devolviera el importe correspondiente al desdoble de las dos aulas, 140.000 euros, antes de que finalice este 2022, sin que se imponga ninguna sanción por lo ocurrido.

La investigación confirm, por otra parte, que se ha tratado de un hecho aislado que se ciñe al curso 2021-22. Inspección ha revisado las matriculaciones de la ikastola de los cinco cursos precedentes y ratifica que no ha habido ninguna otra irregularidad. Es además, según Educación, la primera vez que tienen constancia de que se haya producido una irregularidad de este tipo, por lo que afirman que se trata de «un hecho puntual».

Ikastolen Elkartea, la confederación de ikastolas, ejerció este martes como portavoz del centro Zubimusu. Reconocen que se ha producido un error pero no lo achacan a mala fe o una mala intención sino a un retraso en la notificación del número final de alumnos inscritos, lo que provocó la «confusión». Según su versión, el centro trasladó al finalizar el curso anterior a todos los alumnos matriculados en la gela de 2 años a la de 3 para el siguiente, pero no informó de las bajas que hubo al arrancar las clases en septiembre, una que algunas familias optaron al final por otros colegios. Una vez iniciado el curso 2021-22 es cuando deciden darles de baja en los listados que maneja Educación. Y ahí es «cuando en el Departamento ven que los números no cuadran y surge la inspección posterior», alegan.

La ikastola asume «su error» y con ello la devolución del importe reclamado. Y aunque en el BOPV se advierte de que el centro podría interponer «recurso potestativo de reposición» ante el consejero de Educación en el plazo de un mes a contar desde hoy o «recurso contencioso-administrativo» ante el TSJPV, desde Ikastolen Elkartean confirman que no van a presentarlos.

Los portavoces del centro Zubimusu, por su parte, no quisieron concretar cuántos alumnos había en cada clase de Infantil el curso pasado.

La posibilidad de matricular a un estudiante en dos colegios es, según las fuentes del departamento, «imposible». La duplicidad sería detectada en las bases de datos, indican. La única opción para una duplicidad sería que los alumnos estuvieran matriculados en otras comunidades.