Desalojan a los okupas del piso de la anciana de Portugalete tras la ola de indignación desatada
Los intrusos pidieron la protección policial al verse rodeados de cientos de personas que habían cortado la carretera en una demostración de rabia para defender a Vitori, la propietaria
Josu Garcia | Azahara García
Portugalete
Jueves, 17 de octubre 2019
Vitori, la mujer de 94 años de Portugalete, ha recuperado su vivienda en el barrio de Repelega esta noche, al término de la manifestación que ha tenido lugar frente a su casa para protestar por la ocupación de la misma por parte de una familia que no tenía ninguna relación con esta persona mayor.
Fuentes familiares han informado de que un sobrino se encuentra ya dentro de la vivienda y que los moradores habrían salido de la calle El Progreso en un furgón policial. La manifestación frente a la vivienda ha sido multitudinaria y las fuerzas de seguridad han tenido que formar un cordón para evitar males mayores. Los intrusos pidieron protección policial al verse rodeados por cientos de personas que habían cortado la carretera en una demostración de rabia.
Fuentes familiares han comunicado que faltaban numerosas pertenencias de Vitori, que no ha acudido por ahora a la vivienda al encontrarse muy afectada y cansada. «Los cajones y armarios están vacíos y faltan hasta las colchas». En el barrio corre el rumor que el ajuar podría haber sido vendido en un mercadillo. «Dentro de lo mal que lo hemos y estamos pasando, todo ha sido muy emotivo. Hemos sentido el calor de los vecinos y estamos muy agradecidos», asegura un familiar. «Gracias, de verdad».
Por la tarde, cientos de personas se concentraban este jueves por la tarde frente al número 66 de la calle El Progreso en Portugalete para mostrar su cariño y su apoyo a su propietaria. Durante la protesta, se vivieron momentos muy tensos. De hecho, han tenido que acudir a la vivienda cuatro patrullas de la Policía Municipal y 2o ertzainas para evitar que los vecinos accediesen en casa ocupada. «La dejan en la calle sin que pueda hacer nada por evitarlo», relataba incrédula Begoña Donosti, residente en la céntrica Carlos VII que se acercaba para acompañar a la mujer y que se sepa que «no está sola en este drama», ha añadido.
La perplejidad de esta jarrillera era compartida por todos los presentes en la protesta que con gritos de «¡Fuera, fuera!» han increpado a las figuras que aparecían tras las cortinas de Vitori, presente en la concentración. Por la megafonía colocada para dar lectura del manifiesto, los organizadores de la iniciativa han tenido que repetir varias veces la obligatoriedad de que la concentración sea pacífica ya que la movilización ha sido muy tensa.
Más casos
La indignación de los vecinos de Repelega, y por extensión de toda la villa, por esta situación que, por el momento, no se puede revertir hasta el juicio del próximo 20 de noviembre, se ha hecho patente al sentirse la ciudadanía vulnerable ante una ocupación ilegal de una vivienda. «Ha sido a ella, pero le podía haber tocado a cualquiera», ha explicado Teresa Cerro, que vive cerca de El Progreso. Un miedo cimentado en el hecho de que en el municipio ha habido otras dos viviendas violentadas.