«Es más probable que haya una guerra nuclear a que caiga un asteroide a la Tierra»

La cosmóloga del DIPC, Lurdes Ondaro, destaca que la probabilidad de que una roca gigante impacte contra nuestro planeta es del 0,057%, después de que la NASA haya lanzado la misión DART

Imanol Troyano

San Sebastián

Miércoles, 8 de diciembre 2021, 12:46

Las amenazas más probables para la supervivencia del ser humano continúan hallándose dentro de los límites de la Tierra. Eso, a pesar de que la ... NASA lanzara el pasado 24 de noviembre un satélite con el objetivo de desviar un asteroide que pasará a 11 millones de kilómetros de nuestro planeta en septiembre de 2022.

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Esta última misión denominada DART, siglas de Double Asteroid Redirection Test (prueba de redirección de un sistema doble de asteroides), pretende servir como campo de pruebas para valorar si el impacto intencionado de una nave espacial contra un asteroide puede servir para cambiar su trayectoria. Este recurso se emplearía en un futuro en caso de que un asteroide se dirija a la Tierra y sea considerado una amenaza.

De momento, y a medio-largo plazo, «no hay nada que temer», aclara la cosmóloga del Donostia International Physics Center (DIPC), Lurdes Ondaro, sobre la remota posibilidad de que se produzca un armagedón. «Nosotros estamos cerca de lo que se llama el cinturón de asteroides, que se encuentra entre Júpiter y Marte, por lo que hay muchos de estos objetos a nuestro alrededor dando vueltas al Sol. Algunos pueden pasar relativamente cerca de la Tierra y una sección de la NASA se dedica a identificarlos», indica Ondaro.

«Predicen la trayectoria de cada uno de ellos y si es posible que en los próximos 500 años puedan pasar cerca nuestro. Los más amenazantes son los asteroides de 30-50 metros, del tamaño de dos camiones, ya que son los más numerosos y difíciles de detectar. Hasta el año 2300 hay una probabilidad del 0,057% de que uno de estos bichos pase cerca de la Tierra», declara esta miembro del grupo de cosmología computacional del DIPC.

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Alterar la órbita de Didymos

En principio el riesgo de colisión con la Tierra es altamente improbable, pero la NASA no quiere perder el tiempo y se prepara para futuras contingencias. De ahí que ya haya hecho despegar la nave DART para que pueda encontrarse con el asteroide Didymos, que forma parte de un sistema binario. Esto es, Didymos sobrevuela el espacio junto con otro asteroide más grande llamado Dimorphos. Didymos, de 160 metros de diámetro, orbita sobre Dimorphos, de 780 metros, como lo hace la luna con la tierra.

¿Y por qué han escogido un asteroide binario y no uno individual para realizar la prueba? Ondaro lo explica muy sencillo. «Al tratarse de un test, no solo quieren mover el asteroide, quieren ser capaces de saber que lo han podido mover y esto se consigue más fácil en un sistema binario. Pretenden cambiar la velocidad de este objeto un 1% y eso no se aprecia fácil, pero sí se puede medir en el efecto que tiene sobre la órbita. Si ahora Didymos tarda doce horas en darle la vuelta al satélite principal (Dimorphos), cuando se produzca la desviación tardará más». De esta forma la NASA podrá comprobar si el plan trazado ha resultado un éxito o no.

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Otra pregunta que podría surgir es por qué se han centrado en desviar el cuerpo pequeño en vez del grande, ya que el poder destructivo del segundo es mayor aparentemente. Ondaro también tiene una respuesta. «Es bastante más probable que de producirse la colisión de un asteroide con la Tierra lo haga uno de dimensiones similares a Didymos (160 m) en lugar de Dimorphos (780 m), porque hay menos de estos últimos». Además, considera que «con un satélite mayor podríamos impactar contra un cuerpo más grande y cambiar su trayectoria, pero no sería tan fácil verificarlo». Cabe recordar que el tamaño del asteroide que cayó sobre la tierra hace 66 millones de años y que acabó con los dinosaurios tenía un diámetro de 10 kilómetros.

Colonizar otros planetas

Ondaro, que estudia los entresijos del universo, no tiene ninguna duda de que las principales amenazas para la Tierra no son exteriores, sino que proceden de su interior. Se refiere, sin vacilación, al ser humano. «La probabilidad de que se origine una guerra nuclear causada por nosotros mismos es bastante más grande a que caiga un asteroide», apunta convencida.

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Desde hace años existe una teoría, avalada entre otros por el célebre físico teórico británico, Stephen Hawking, que mantiene que la supervivencia de la especie humana estará supeditada a su capacidad de colonizar otros planetas. Una corriente de la que expresa sus dudas Ondaro: «Cada vez se descubren más exoplanetas fuera de nuestro sistema solar, que podrían ser potencialmente habitables, pero están muy lejos». Además, esta cosmóloga vizcaína plantea sus reservas éticas sobre la cuestión y concluye que «no es un buen plan B estar pensando en otros planetas». La NASA, entre tanto, prefiere centrarse en la defensa planetaria, antes de pasar al ataque espacial.

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