
Juan Ignacio Pérez Iglesias
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Juan Ignacio Pérez Iglesias
El apagón que tumbó la red de conexiones eléctricas de la península ibérica el pasado lunes sigue dando mucho que hablar. La investigación para esclarecer ... lo sucedido continúa adelante pero la polémica que se está dando entre el gobierno central, la oposición y las empresas privadas del sector energético «está resultando muy poco edificante», lamenta Juan Ignacio Pérez Iglesias (Salamanca, 1960), consejero vasco de Ciencia, Universidades e Innovación. Tanto el lunes como el martes estuvo convocado al comité de crisis del Gobierno Vasco, conocido como LABI, para analizar en profundidad qué es lo que estaba pasando y poner el foco en las cuestiones de mayor impacto y urgencia social.
- ¿Dónde le pilló el apagón?
- En Asturias. Estaba de fin de semana largo, con mi mujer. Estábamos a punto de llegar a una cita que teníamos para disfrutar de una comida, pero...
- El deber le llamó.
- Así es. Cogí el coche y regresé rápidamente a Gasteiz porque entendí que debía estar allí. De todos modos, tampoco me quedaban muchas horas para disfrutar del festivo por San Prudencio.
- Usted suele referirse de forma recurrente al denominado conocimiento experto y a la importancia que debe tener en la toma de decisiones políticas. ¿El LABI se vale de esa sabiduría?
- Bueno, el LABI, vamos a decir, político, lo que hace es analizar cuál es la situación que ha desatado la crisis, dónde está el foco de los problemas, cuáles son las cuestiones sociales que tienen más urgencia o impacto, etc.
- Entonces, ¿no ha habido conocimiento experto?
- No, porque no ha sido necesario. El LABI se ha convocado para gestionar una situación de crisis. Pero sí que hay una cosa que me ha parecido interesante en los últimos días, que ha sido constatar tras el apagón eléctrico cómo todos los responsables políticos han aludido a la necesidad de revisar protocolos, acometer nuevas actuaciones...
- ¿Qué le dice eso?
- Que a partir de ahora sí va a entrar en juego el conocimiento experto, obviamente.
- Mientras que seguimos esperando las claves que expliquen lo sucedido, los políticos se echan la culpa unos a otros y el foco mediático apunta a las empresas privadas del sector energético. ¿Cómo está viviendo toda esta controversia institucional?
- Mal, no me está gustando nada. Me parece muy poco edificante. El lehendakari ya solicitó esta semana que no se utilizara políticamente este problema... Pero me temo que a estas alturas de la película ya no hay tema que no se preste al 'pim, pam, pum'.
- ¿Cree usted que estos cruces de declaraciones afectan a la legitimidad del conocimiento experto?
- Sí, lo creo. Es lamentable todo este ruido porque no ayuda a tener un clima de sosiego que ayude, precisamente, a que las conclusiones a las que se lleguen sean aceptadas socialmente. Insisto, estas polémicas ponen en cuestión el valor del conocimiento experto y esto interfiere después en las decisiones políticas que se han de tomar. Poner en duda este tipo de conocimiento es un grave problema para la democracia.
- El apagón ha evidenciado la dependencia que hay del sistema eléctrico. ¿Tan vulnerables somos?
- Mire, lo que no se puede pretender es que nunca pase nada; es decir, evitar la posibilidad de todo incidente. Hay veces que la gente pide 'es que hay que evitar esto, hay que evitar lo otro'. Yo lo que digo es que no es posible evitar toda posibilidad de incidentes. Lo que sí se puede hacer es trabajar para minimizar al máximo las probabilidades de que sucedan cosas como este apagón.
- ¿Cómo se puede evitar un nuevo apagón eléctrico?
- En primer lugar, investigando las causas con rigor. Una vez identificadas, tomar las medidas técnicas que correspondan para que este problema en concreto no vuelva a suceder o, en su defecto, que la probabilidad de que vuelva a ocurrir sea muy baja. Es lo que a mí se me ocurre.
- ¿Qué papel ocupa el País Vasco en el tablero del sector energético y las redes eléctricas?
- Uno importante, sin lugar a dudas. Euskadi es una potencia. Por poner un ejemplo, aquí está la sede de Iberdrola y en la UPV/EHU hay grupos muy potentes en ingeniería eléctrica. Todas estas ramas del conocimiento, tanto a nivel académico como de investigación, tienen mucho peso en Euskadi.
- ¿Y lo van a seguir teniendo?
- Sí, entre otras cosas porque la electrificación, que es una de las vías para la descarbonización, es un camino sin retorno. Euskadi va a seguir siendo fuerte en esta área.
- Cambio de tercio. El miércoles presentó en Donostia el proyecto para la difusión social del conocimiento. ¿Cuál es el objetivo principal?
- Poner el conocimiento de alto nivel en el espacio público, porque de esa manera se le da visibilidad y es la forma de valorarlo socialmente y, por lo tanto, políticamente. Buscamos aumentar la cultura científica de la sociedad, que es algo muy importante y de mucho valor.
- ¿Le preocupa que el conocimiento no llegue a los barrios con menos recursos con la misma nitidez que lo hace en las zonas céntricas de las ciudades?
- Es obvio que este tipo de manifestaciones culturales y científicas se da en mucho mayor medida en el centro de las ciudades, que es privilegiado en estas cuestiones. Y sí, los barrios más periféricos se encuentran en una situación de mayor aislamiento.
- ¿Por qué?
- Esto no es solo por dónde vive la gente, sino también por la capacidad de acceso al conocimiento, por la posición socioeconómica de la gente...
- ¿Qué van a hacer entonces?
- Debemos intentar superar esa brecha socioeconómica de acceso al conocimiento, que tiene que llegar a todas las zonas. ¿Actividades en Bidebieta, Larratxo o Intxaurrondo en Donostia? Por qué no. El conocimiento tiene que llegar también a zonas con estas características.
- ¿Debería ser el País Vasco capaz de atraer más talento científico?
- Yo creo que tenemos una estrategia que ha demostrado ser exitosa. En este sentido, lo que hace Ikerbasque es valorado positivamente no solo aquí, sino a nivel internacional. A mí me hablan, y bien, de Ikerbasque fuera del País Vasco.
- ¿Está satisfecho entonces con la capacidad de atracción?
- Yo creo que nunca es suficiente, siempre hay que aspirar a más. Pero es de justicia reconocer que se han alcanzado dimensiones interesantes. Luego, en cuanto a atracción de talento no solo científico, sino profesional, pienso que deberíamos ser más atractivos, pero contamos con varios hándicaps.
- ¿Cuáles son?
- Para mí, los sueldos y la vivienda. Ahí hay un 'imbalance' (desequilibrio en castellano) que... Esto es un temazo, la verdad. Es crucial.
- Hace escasas semanas el presidente de Kutxabank, Antón Arriola, se refería a que un sistema educativo con el euskera como lengua vehicular puede ser «limitante» para un profesional extranjero. ¿Está de acuerdo?
- Está claro que es un tema a considerar, sin duda. Si esos profesionales tienen hijos, dependiendo del momento de su escolarización, tal vez sí que sería interesante poner encima de la mesa el tema de los colegios internacionales. Nos vendría bien y habría que debatirlo. Pero el euskera, comparado con los sueldos y la vivienda, es un tema menor.
- El proyecto Euskorpora nació para fortalecer la presencia del euskera en el mundo digital, pero lo hizo sin Elhuyar. ¿Le gustaría que se uniera al plan?
- No tengo una respuesta para esta pregunta. No he pensado en ello. En todo caso, habría que preguntar a la dirección de Euskorpora.
- ¿Qué valoración hace de sus primeros 10 meses al frente del departamento?
- Me hubiera gustado haber hecho más cosas de las que he hecho, pero espero que sea cuestión de tiempo. Ahora, en materia científica, va a haber cambios y novedades que van a suponer mejoras.
- ¿Cuáles?
- Queremos reducir de forma considerable la burocracia en la actividad investigadora. Espero que antes de verano podamos dar más detalles sobre este asunto.
Uno de los grandes objetivos que persigue el consejero de Ciencia, Universidades e Innovación en esta legislatura es el de la creación del Centro de Estudios Avanzados, un espacio destinado a recibir a los estudiantes más brillantes de todo el mundo. Ahora, la cuestión es cómo abordar este gran proyecto.
- ¿Hay alguna novedad?
- Sí. A ver, tenemos ya hecho el trabajo de analizar las fórmulas posibles para hacerlo realidad, pero de esto ahora no puedo adelantar nada, porque antes tenemos que seguir estudiando las posibilidades y determinar cuál es la más útil.
- ¿Sigue manteniendo la ilusión de llevar a cabo este proyecto con la UPV/EHU?
- Sí, sí. Por mi cabeza no pasa otra cosa que no sea compartir las alternativas posibles con ellos. Lo ideal, para mí, es sacar adelante este proyecto con ellos. Por eso, es muy importante que mantengamos una comunicación fluida y tratar de coincidir en el planteamiento.
- ¿Cómo es su relación con el nuevo rectorado?
- Tuvimos recientemente una reunión entre los dos equipos en la que vimos que había cosas que podíamos acordar perfectamente. Inversiones en infraestructuras y cosas por el estilo que yo también considero necesarias. El proyecto One Health, por ejemplo, a mí me parece muy importante.
- ¿Qué opinan ellos del Centro de Estudios Avanzados?
- Mi sensación es que les parece un proyecto interesante. Ahora el asunto es ver cómo podemos colaborar ambas instituciones para sacarlo adelante. Insisto en que nosotros tenemos mucho interés en que este proyecto salga adelante con su colaboración.
- Bengoetxea, el nuevo rector, pidió más financiación para la UPV/EHU en el parlamento. ¿Es posible?
- Hombre, para empezar, quiero decir que es normal que pida más dinero. ¡Yo también lo hacía cuando era rector! Lo entiendo. Este año hemos subido la aportación y espero poder hacerlo también para 2026, pero la situación económica mundial está complicada. Veremos.
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