Ana Ibáñez: «Nuestro cerebro aún tiene miedo a que seamos devorados por un tigre»
Ibáñez, especialista en Neurociencia, destaca que «nuestra mente tiene un nivel inferior de evolución al que necesitamos ahora como especie humana»
El cerebro y sus recovecos siguen siendo un mundo fascinante para todos los científicos que estudian la mente humana. Descubrir por qué tenemos ataques de ... pánico o crisis de ansiedad son algunas de las cosas que apasionan a Ana Ibáñez, especialista de prestigio internacional en el ámbito de la neurociencia e ingeniera superior química. La semana pasada participó en el 20º Foro de Eurogap dando una conferencia en un Kursaal abarrotado para la ocasión.
- Vaya mundo el cerebro, ¿verdad?
- Sí. Lo cierto es que pasan los años y sigue siendo un gran desconocido para la ciencia. Abarcar una mirada amplia en este espectro es prácticamente imposible, por eso los que estudiamos la mente humana nos especializamos en áreas concretas. En nuestros centros de MindStudio nosotros nos dedicamos a la neurociencia aplicada en tiempo real. ¡Yo veo la ciencia en directo!
- ¿A qué se refiere?
- Cuando trabajamos con nuestros clientes hacemos lecturas de las frecuencias cerebrales. Sería algo así como un encefalograma a tiempo real. Colocamos unos sensores -electrodos- en la cabeza y así podemos diseñar un mapa eléctrico del cerebro y su sistema nervioso. Si tenemos a alguien que no es capaz de procesar bien las emociones, nuestro trabajo es lograr que lo consiga. Para ello nos fijamos mucho en sus áreas cerebrales, sobre todo las situadas en el hemisferio izquierdo y en la parte frontal.
- Vivimos bombardeados a diario por nuestras propias emociones. ¿Se pueden controlar?
- No, no es posible. Lo que sí podemos hacer es ayudar a que el cerebro las procese de una manera saludable. Como todo el mundo sabe, hay algunas emociones que son muy costosas de procesar y en ese caso lo importante es que nuestro cerebro no las identifique como algo alarmante. Si sucede eso, puede llevarnos a un bloqueo y a entrar en el 'modo emergencia', un estadio en el que perdemos mucha capacidad neuronal.
«El cortex prefrontal es quien pone la calma en el cerebro cuando entramos en un estado de nerviosismo»
- Fritos de los nervios, ¿no es así?
- ¡Sí! (Risas) Eso es. Ante un desafío nuevo e imponente hay personas a las que se les activa la amígdala, desatando miles de señales neuronales en cuestión de segundos que ponen en marcha un verdadero circuito de alerta. Es la parte más primitiva del cerebro y hay personas a las que se les activa con mayor sensibilidad. Eso es algo genético pero también cuenta el factor educacional.
- ¿Qué pasa en esos instantes en los que la amígdala toma el control de nuestra mente?
- Figuradamente hablando, en esos momentos todo está en llamas, todo es un drama. Nuestro trabajo se basa en entrenar al cerebro para darle a la amígdala un margen más amplio, que la mecha del encendido no sea tan corta. La intención en estos casos es que el cortex prefrontal tome el control y le diga a la amígdala: 'Oye, tranquila, de verdad. No es para tanto, hemos estado en situaciones similares y nos las hemos arreglado. ¡Respira!'. Esta zona del cerebro es la que llena de luz los espacios más oscuros. Es la voz que apacigua.
- La amígdala no me está gustando nada.
- Ya, pero es que sin ella no sobreviviríamos. Es la que activa nuestro instinto de supervivencia. Lo que pasa es que nuestro cerebro tiene un nivel inferior de evolución al que necesitamos ahora como especie humana. Seguimos con una mente 'preparada' para que no nos coma un tigre porque aún estamos en plena transición. Puede que dentro de mil o dos mil años ya estemos preparados para sentir menos miedo y ser más creativos, porque la amenaza de ser devorados por unos depredadores es inexistente.
«Ser más propenso a padecer ansiedad, nervios o estrés es genético, pero también hay un factor educacional»
- Pero la amenaza de recibir un disgusto siempre va a estar ahí.
- Sí. La vida tiene sobresaltos. Pero yo lo que digo es que hay perder el miedo a pasar miedo. Sé que es sencillo de decir. Lo que hay que entender es que el miedo es una reacción biológica de los seres humanos, en eso se centra mi libro 'Sorprende a tu mente'. Le voy a poner un ejemplo. Piense en una discusión acalorada.
- Vale. ¿Qué pasa?
- Ahora imagine que cuenta un chiste rápidamente. ¡Deja descolocada a la otra parte! Bueno, grosso modo, nuestra idea es la de sorprender a la cabeza. Todo esto se puede entrenar.
- Otros acuden al ejercicio físico y al deporte para despejar las nubes negras de sus pensamientos.
- Está demostrado científicamente que la actividad física es una de las mejores formas que existen para cuidar la salud mental. Esa electricidad que se genera en el cerebro cuando corremos, nadamos, levantamos peso... ayuda a que las frecuencias cerebrales se ordenen y se reduzcan las ondas asociadas al estrés y a la ansiedad. El deporte genera ráfagas de frecuencias alfa que calman a la mente. Pero, cuidado, para algunos llega a ser una obsesión. Muchas veces un buen descanso puede ser mucho más beneficioso que el propio ejercicio.
- ¿Qué le llevó a querer desarrollar una carrera profesional así de compleja y particular?
- Yo soy ingeniera química de formación, pero luego me desvié hacia la neurociencia. Estoy enamorada de la ciencia por la parte de la química que tiene que ver con la energía, me interesa la transformación de la materia, esos procesos químicos, los enlaces neuronales...
«Buscamos que el cerebro no identifique como algo alarmante las emociones que son más difíciles de procesar»
- En su juventud fue una nadadora con gran potencial.
- Sí, lo fui de alto rendimiento y, fíjese, ahí es donde vi claramente que tu estado de ánimo y tus pensamientos condicionaban enormemente tu rendimiento. Por eso decidí estudiar de manera científica y concienzuda el cerebro.
- Estados Unidos, Alemania, Francia, Inglaterra... Ha visitado muchos lugares con el fin de comprender mejor nuestra mente.
- Sí. En todos esos viajes he podido ver cómo trabajaban en tiempo real profesionales de un nivel muy alto. He aprendido de grandes físicos, matemáticos, psiquiatras... Y hace 16 años decidí crear mi propio equipo de investigación, MindStudio. Estamos presentes en Madrid y Barcelona y próximamente en Valencia.
- ¿Y en el norte?
- Tenemos la idea de organizar unos cursillos en Donostia entre este mes y abril. Aún tenemos que darle la forma definitiva.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión