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Donostia tiene un total de cinco centros de culto budistas. Uno de ellos está ubicado en el barrio de Egia. El irundarra Santiago Adeva dirige ... un grupo de 12 personas que se reúne todos los miércoles en la Asociación Budista Drukpa. «Realizamos prácticas relacionadas con las enseñanzas budistas. Recitamos textos en tibetano durante una hora y media de libros que juegan con los símbolos». En esta sala budista, los asistentes realizan varias prácticas de «un maestro principal que tiene su sede central en Katmandú, en Nepal».
El budismo puede ser una religión minoritaria, pero está ganando adeptos en Gipuzkoa. «Calculamos que habrá unas 250 personas budistas en el territorio», señala Adeva. El centro de Egia forma parte del linaje Drukpa, que abrió su primer centro en el territorio en el año 2003. Han pasado por diferentes sitios, «siempre en alquiler», hasta que llegaron a Egia en 2011. «Para muchos centros, no solo budistas, el alquiler de las salas es un serio problema. Para mantener un centro se necesita también trabajar para hacer frente a al alquiler o la compra, o los pagos mensuales de luz y agua», detalla.
El budismo, explica el irundarra, apareció para dar una explicación al sufrimiento humano. «Es como si estuvieras en una terapia. Se intentan encontrar los motivos de todas estas causas y después las afrontas de otra manera».
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