El barista que desmonta la costumbre de echar hielo al café en verano: «Es un error»

Un especialista explica la razón por la que no se aconseja echar hielo al café y las alternativas para conseguir una bebida fría

L. G.

Martes, 8 de julio 2025, 12:13

Cada verano, la misma escena se repite en hogares, terrazas y oficinas: un café recién hecho y un par de cubitos de hielo cayendo al vaso para convertirlo en una bebida refrescante. Pero, según los expertos, este gesto tan extendido es el primer paso para arruinar por completo el sabor de tu café.

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«No eches hielo a tu café», comienza advirtiendo un barista de Ikore Kofi (@ikorekofi), marca de café de especialidad conocida por compartir consejos útiles en redes sociales. En uno de sus últimos vídeos, el experto lanza una advertencia clara: «Cuando echas hielo en tu café, lo que estás rompiendo es el equilibrio. Lo que consigues es que el sabor se distorsione y te deja un sabor plano».

Y es que al añadir hielo directamente a un espresso o a un café con leche caliente, no solo se baja drásticamente la temperatura, sino que también se añade agua extra que diluye el sabor y rompe el balance de aromas. «Estás arruinando su sabor sin saberlo», recalca el profesional.

El café frío que no necesita hielo

Pero, entonces, ¿cómo disfrutar de un café frío sin cometer este error? La respuesta está en una técnica cada vez más popular: el cold brew. «Hay una forma fácil de disfrutar el café frío sin sacrificar el sabor», asegura el barista, quien defiende esta preparación como la mejor opción para los meses más calurosos.

El cold brew —literalmente, 'infusión en frío'— consiste en dejar reposar café molido grueso en agua fría durante un periodo prolongado, generalmente entre 12 y 24 horas. Este método extrae los azúcares naturales del café sin solubilizar los aceites que provocan sabores ácidos o amargos. El resultado: una bebida más suave, menos amarga y con notas aromáticas más brillantes.

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«Este café preparado en frío se extrae durante horas y conseguimos sacar los azúcares naturales del café, consiguiendo un equilibrio y un sabor muy brillante», explica el barista. Lo mejor de todo es que no necesita hielo: se sirve directamente desde la nevera, conservando su sabor intacto.

¿Cómo se prepara el cold brew?

  • Café molido grueso (preferiblemente de especialidad)

  • Agua fría

  • Un recipiente con tapa

  • Tiempo (entre 14 y 16 horas de reposo en la nevera)

  • Un filtro de tela o papel

La proporción estándar es de 1 parte de café por 8 de agua. Una vez mezclado, se deja en la nevera entre 14 y 16 horas. Después, se filtra y se guarda en frío para consumirlo directamente, solo, con leche o incluso como base para cócteles.

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