«En el ámbito de los menores trans estamos peor con ley que sin ella»

Concretamente, en lo que respecta a los menores transexuales, la portavoz de la asociación Naizen, Beatriz Sever, manifiesta sin tapujos que «están peor con la ley que sin ella» y que es «un paso atrás» para estos jóvenes. Sever explica que ante la falta de legislación expresa y desde que el Tribunal Constitucional formara jurisprudencia en julio de 2019, «todas las peticiones de cambio de nombre y mención de sexo en registros de Euskadi han sido favorables», y que en el caso concreto de Gipuzkoa, incluso se han dado casos en menores que no habían cumplido los 12 años.

Sin embargo, el borrador de la nueva ley ordinaria, que no orgánica, por lo que se corre el riesgo de que se derogue en futuros cambios de gobierno, establece el limite de edad para el cambio de la mención de sexo en los 14 años, si bien, «dejan la franja de 12 a 14 años para ser evaluada por procedimiento judicial, con lo que implica al menor estar ante el juez, y teniendo en cuenta los tiempos de la justicia», apunta.

En el conjunto del País Vasco, ejemplifica, la normativa autonómica autorizaba «tener el cambio de nombre y la mención de sexo desde pequeños en la tarjeta de Osakidetza, el carnet de polideportivo... Como es el caso de mi hijo, que ahora tiene que esperar hasta los 14 para que en su DNI y pasaporte también conste. Es contradictorio». El aspecto positivo de la ley, señala, es que no será necesario un informe médico-psicológico, «que a su vez era irónico, cuando la OMS no lo considera un trastorno mental».

La portavoz de la asociación Naizen, Beatriz Sever participó durante meses en la mesa del Ministerio de Igualdad, junto con otros expertos, asesores jurídicos y representantes de este colectivo para la elaboración del borrador de la ley, que culminó con más de medio centenar de páginas. Pero, finalmente, critica, «en vez de haber una ley LGTBI y una ley Trans integral, como se dijo, ha salido una única ley LGTBI, con solo tres páginas de articulado trans El resto ha quedado fuera. No se ha tenido en cuenta el trabajo hecho ni las reivindicaciones de los colectivos», reprocha. Su última baza, dice sin demasiada esperanza, son las enmiendas.