Que gobierne la IA
El avance de la Inteligencia Artificial genera ya alarma entre los propios impulsores. El 26% de los españoles desea ser gobernado por un robot
Más vale aclarar de inicio el titular de esta columna antes de que más de uno se lleve las manos a la cabeza. Esto no ... va de política propiamente dicha, y cuando nos referimos a la IA hablamos de Inteligencia Artificial, no de Izquierda Abertzale. Estamos inmersos en plena reflexión sobre la amenaza que representa para la humanidad el enorme salto de esta tecnología en el último año. Los impulsores de esta revolución que ha asombrado al mundo ahora han saltado del barco para alertar de que los siguientes pasos pueden constituir un verdadero peligro global si se realizan sin control.
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«Lo mejor que puedo recomendar es que muchas personas inteligentes traten de averiguar cómo contener los peligros de estas cosas», respondía hace unos días en una entrevista el reputado científico y exvicepresidente de Ingeniería de Google, Geoffrey Hinton. Una afirmación que, para los que descubrimos este enorme paso de la IA 'jugando' a hacerle preguntas al Chat GPT, nos resulta más que inquietante. Da la sensación de que lo que la sociedad está utilizando como si fueran fuegos artificiales, se puede convertir en una bomba de relojería si nadie le pone freno y cae en manos sin escrúpulos. Algo así como cuando en la ficción a los impulsores de un parque jurásico con dinosaurios, su negocio les fue el plan de las manos.
El juego de preguntar al Chat GPT son los fuegos artificiales de una tecnología que es una bomba de relojería
Parece también llamativa la masiva objeción de conciencia de esos expertos en IA que solicitan retrasar seis meses la investigación para poner coto a la evolución ya casi descontrolada de la tecnología. ¿Quién es capaz de poner de acuerdo a todo el planeta cuando se ha diseñado una herramienta capaz de desestabilizar al enemigo? Y más en plena guerra en Ucrania en la que están tan marcados ambos bandos. El peligro parece claro. Estamos cerca de que la máquina más inteligente sea ya más lista que cualquier ser humano o que la unión del grupo de los humanos con mayores capacidades del planeta. ¿Qué nos espera después?
La IA ha dado el salto de ser una tecnología con capacidades estrictamente analíticas a poder generar contenido. Por ahora estamos siendo los humanos los que le pedimos bajo una serie de pautas que cree, por ejemplo, textos o imágenes. Pero llegará un momento en el que se olvide de esas instrucciones y sea capaz de generarlas y publicarlas sin necesidad de contribución humana inteligente. Lo que puede convertirse en un surtidor de 'fake news' sin fondo que desestabilice gobiernos, sociedades, empresas e incluso familias.
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Llegará un momento en el que, por ejemplo, tu ex le pida a la IA que genere una imagen tuya con otra pareja ficticia y se la envíe a tu cónyuge. Una foto tan perfecta que pese a que prometas por tus hijos que no es real, pueda dar al traste con tu matrimonio y convierta tu vida en un infierno. O que un chaval de 16 años se invente que en su municipio tres inmigrantes han asesinado a un menor, lo envuelva todo en una redacción que pueda colar como coherente y, usurpando la firma de un medio de comunicación, lo reenvíe a decenas de grupos de whatsapp haciendo que cientos de personas se crean la historia. ¿Teme que esto pase? Le aseguro que al menos uno de estos casos se ha dado en Gipuzkoa este mes de mayo.
No está lejos el día en el que una relación de pareja salte por los aires por una foto 'fake' creada por la IA
Esto requerirá destinar más recursos a verificar o contrarrestar bulos. No solo por parte de los medios, también los partidos políticos, gobiernos o empresas tendrán que enfrentarse a ese reto. En vez de que el negocio sea la verdad, el dinero estará en la industria de la mentira y en la contrainteligencia de la mentira. Aunque los partidos también pueden enfrentarse a su propio reto con la IA en un futuro próximo. Y es que ya en 2019 se publicó un estudio del Centro para la gobernanza del cambio del IE University en el que un 26% de los españoles admitía preferir que un robot dirigiese su gobierno. Un estudio realizado antes de este disruptivo cambio de la IA. Quien no sienta apego por unos ideales político o unas siglas y solo busque la eficacia en la gestión puede encontrar en un robot su candidato preferido. ¿Será ese el futuro?
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