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efe
Lunes, 20 de abril 2015, 13:07
La mujer que llamó a la Ertzaintza y llevó a la detención de Juan Carlos Aguilar, el falso shaolín, explicó hoy que fueron los gritos de "ayuda y angustia" de una de las víctimas, Ada Otuya, los que llamaron su atención cuando pasaba por la calle.
"Lo que yo recuerdo de lo poco que vi era que tenía cara de angustia, de que iba a pasar algo a esta persona", afirmó.
La segunda sesión del juicio contra Aguilar por los asesinatos de Yenny Sofía Rebollo y Maureen Ada Otuya estuvo dedicada a la prueba testifical, con las declaraciones de los ertzainas que llegaron al gimnasio los primeros y del instructor del atestado, además de las de la vecina de la calle Máximo Aguirre que atendió a su gritos de socorro.
"Los gritos se oían fenomenal", aseguró esta testigo, quien relató que escuchó "unos gritos de auxilio, de alguien que necesitaba ayuda". "Vi una persona de color que estaba pidiendo auxilio y otra persona le agarrraba del pelo y despareció de mi visión", añadió, insistiendo en que "ella pidió ayuda, auxilio, socorro".
Minutos después de su llamada a la Ertzaintza llegó al lugar la primera patrulla. Fue necesario abrir la puerta del gimnasio con barras de uña y mazas para entrar al recinto donde localizaron al falso shaolín y a Ada Otuya prácticamente en coma y con una brida, cinco vueltas de cuerda de embalaje y cinta americana presionándole el cuello. Las maniobras de reanimación permitieron mantenerla con vida y su traslado al hospital, donde murió tres días después.
El ertzaina instructor de las diligencias explicó a preguntas de las partes el hallazgo posterior de las bolsas que localizaron en el gimnasio y en la casa de Aguilar con restos de Yenny Rebollo, así como las fotos que le sacó, en varias ya aparentemente muerta aunque el acusado parezca mantener relaciones sexuales con ella. También recogieron videos mostrando sus relaciones con hasta siete mujeres. "A una de ellas le miccionaba encima", dijo" y le llegaba a pegar sobre todo en los pechos".
Juan Carlos Aguilar explicó sus acciones, en sus primeras declaraciones ante la Ertzaintza, asegurando que se encontraba en un estado "como si estuviera en una borrachera permanente", pero no por la bebida "sino por una especie de tumor que tenía en la cabeza" y que le producía una "percepción de flashes" sobre lo que le está pasando. "Nos dijo que los restos encontrados fueron de una persona que había cogido el viernes. La llevó al gimnasio y la otra persona se volvió un poco loca, preguntándole si era millonario, entonces eso le sacó de sus casillas y, al final, la golpeo y la mató", relató el ertzaina instructor.
Mañana proseguirá el juicio con la declaración de los forenses. El reconocimiento de los dos asesinatos por parte de Juan Carlos Aguilar, que siguió imperturbable en la sesión de hoy, ha permitido aligerar el proceso de forma que se espera incluso que pueda finalizar este mismo jueves.
«Psicopata de libro»
Por otro lados, la psicóloga Itziar de Barrenegoa ha considerado que Aguilar, es un "psicópata de libro" que no muestra arrepentimiento y que "tiene las facultades perfectas", por lo que "discierne el bien del mal".
En declaraciones a los medios de comunicación tras asistir a la segunda jornada del juicio, ha considerado que el encausado es un ser "sádico, narcisista y antisocial".
Tras advertir de que en la primera jornada del juicio, el acusado mostró una actitud "hostil" durante su declaración, lo que se podía percibir en sus "brazos cruzados", así como "arrogancia y marcada hostilidad", la psicóloga ha defendido que "hoy su respiración ya era diferente y sus manos han estado continuamente moviéndose, lo que denota cierta inquietud o rechazo".
A su juicio, Juan Carlos Aguilar no tiene ningún "sentimiento de arrepentimiento, ni culpabilidad" y se muestra hostil "hacia todo" lo que está en la sala.
Asimismo, ha advertido de la falta de empatía del acusado, que ofrece las características propias de una psicopatía, "siendo sádico, narcisista y antisocial". "No tiene sensación de que ha hecho nada malo, no tiene una brizna de arrepentimiento", ha insistido.
"Es un psicópata de libro, de los pocos que hay en el mundo. No todos los psicópatas son asesinos, pero éste es un asesino que es un psicópata", ha indicado De Barrenegoa, para añadir que Juan Carlos Aguilar "tiene las facultades perfectas y discierne el bien del mal".
A su juicio, el 'falso monje shaolín' sabe perfectamente "discernir los hechos" y "obtiene un grado de satisfacción porque si no, no obtendría el placer de esa manera tan sádica".
«Un tipo chulesco, sádico»
Por su parte, la presidenta de la Asociación Clara Campoamor, Blanca Estrella Ruiz, que ejerce la acusación popular en el juicio, ha preguntado por el resto de mujeres que aparecen en las fotos que se le incautaron a este individuo.
"No sabemos si están vivas o muertas, ¿dónde están esas mujeres?", ha reclamado Ruiz en declaraciones a los medios de comunicación poco antes de que se iniciase la segunda sesión del juicio.
Sobre el hecho de que Aguilar reconociera el pasado viernes los dos asesinatos, pero no el agravante de ensañamiento, que las acusaciones particulares y popular sí aprecian, Ruiz ha explicado que el ensañamiento tiene consecuencias en la aplicación de beneficios penitenciarios para el acusado y la consideración de especial peligrosidad.
"Se trata de un tipo chulesco, sádico, le importa un pimiento lo que ha hecho; está encantado de haberlas matado y no se ha arrepentido ni ha pedido perdón", ha resumido.
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