Dos penaltis truncan las opciones del Eibar

Se impuso la lógica, pero no de manera tan categórica como indica el 1-3 final que certificó la nueva derrota sufrida en casa por el Eibar a manos del Real Madrid. De hecho, antes de que se produjeran los dos penaltis por sendas manos de Esti Aizpurua y de Ruth en los diez primeros minutos de la reanudación, fueron las eibarresas las que marcaron el ritmo y la pauta del partido, y pese a los dos mazazos que truncaron sus opciones, aún tuvieron la capacidad para recortar su desventaja antes de tener que claudicar de forma definitiva tras el tanto de Cardona que cerró el marcador.

Si ya de por sí la empresa se antojaba complicada, las dos penas máximas, la segunda de ellas muy dudosa porque Ruth tenía la mano pegada al cuerpo, resultaron ser un lastre insalvable para un conjunto armero que se había mostrado muy sólido, con las líneas muy juntas, solidario al máximo en las ayudas y sin renunciar al ataque, gracias en gran medida a la gran capacidad de desborde de Arola Aparicio, que justo antes del descanso dispuso de una gran ocasión.

Pero todo ese trabajo de presión y contención se vino abajo cuando a Esti Aizpurua no le dio tiempo a apartar el brazo al tratar de despejar un centro colgado al área. La sueca Asllani, toda una especialista en estas lides, no falló, ni tampoco en el siguiente penal de que dispuso ocho minutos después por otra acción idéntica, aunque más dudosa.

Esto no hizo que el Eibar diera su brazo a torcer, ni mucho menos. Dorronsoro movió ficha y los cambios, entre ellos la entrada de Thembi, dieron un nuevo aire al ataque azulgrana, que se tradujo en un derechazo de la sudafricana imparable para Misa Rodríguez. Con 20 minutos por delante para buscar el empate, las locales se volcaron sobre la portería blanca. Una osadía que acabaron pagando tras una contra blanca, con gol de la exrealista Marta Cardona.

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