Insuficiente, pero menos es nada
Una volea de Bryan Gil tras el descanso y las paradas de Dmitrovic permiten al Eibar amarrar un empate ante un Celta más ambicioso
A falta de victorias,
Claro que viendo cómo ninguno de sus perseguidores se niega a darse por vencido, sumar de uno en uno no sirve para solucionar los problemas que se van acumulando, aunque también es verdad que para un equipo que lleva una media de 0,85 goles anotados por encuentro, incluyendo el tanto de
Y es que al menos los eibarreses han logrado frenar la racha de dos derrotas consecutivas que le habían devuelto a la zona baja de la clasificación, de la que se había alejado tras enlazar
Y el
No puntuar ante los vigueses, que se habían precipitado de nuevo a la zona baja de la tabla tras perder tres partidos seguidos
Gestionar esa presión es el principal reto al que se enfrenta
Además del esperado regreso de
Las carencias que el equipo azulgrana viene mostrando en su línea medular volvieron a quedar patentes y mientras no encuentre la brújula que le falta, difícilmente podrá el conjunto eibarrés encontrar el norte que le conduzca hacia su ansiada meta.
En cambio, el
Los mecanismos de presión que habitualmente utiliza
El inmediato intento de
El único que daba muestras de poder levantar el ánimo de los armeros era cómo no Bryan Gil, que ayudado por Soares comenzó a abrir una brecha por su banda, aunque ni siquiera él conseguía penetrar con profundidad.
Tampoco
El que sí sacó partido al descanso fue
El barbateño remató de volea según le vino el pase en vaselina que le regaló Muto, pero el mérito de la acción hay que concedérselo a
Y menos mal que el andaluz acertó, porque a partir de entonces solo el Celta buscó el segundo. Si no lo encontró es porque
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