El 1x1 de los jugadores del Eibar ante el Andorra

Azaroso. El larguero evitó que su portería se viera perforada en una de las pocas acciones de peligro que generó el rival.

Cumplidor en su tarea de frenar a su oponente Jacobo.

Concienzudo, se hizo con la jefatura de la zaga.

Condicionado tras ser amonestado al poco de comenzar el partido pasó algunos apuros atrás. Estuvo cerca de marcar en el último suspiro.

Diligente en defensa, también trató de ayudar a que el equipo llegara a posiciones atacantes.

Firme. Se erigió en el sostén del equipo en los momentos más complicados.

Ralentizado ante la superioridad de la medular.

Desperdigado, sin poder abrir una vía de entrada desde su flanco.

Impreciso. Salvo por un remate a la media vuelta que realizó nada más sustituir a Javi Muñoz, no aportó nada y ya son muchas las semanas en las que el goleador gaditano no consigue brillar.

Estéril. No le salió ninguna a derechas.

Recatado. Bien sujeto por los centrales, no tuvo opciones de brillar.

Precipitado. Le faltó calma para poder ejercer el papel de revulsivo al que se ve constantemente relegado.

Intimidante. Fue el más intimidante en la presión a la salida del balón del rival, pero sin tener ayuda para sacar partido.

Nervioso. Sus ganas por volver a marcar le pesan demasiado.

Falto de ritmo, aunque su reaparición tras estar ausente desde que el pasado 28 de enero se retiró lesionado en el choque ante el Leganés en Ipurua hace ya ocho jornadas, es una gran noticia para el Eibar.

Dispuso de la mejor ocasión del equipo armero con un disparo desde la frontal en los últimos instantes que salió escupido por el travesaño.