Veinte años esperando una solución que no termina de llegar

«Solemos intentar que el gobierno incluya en los Presupuestos Generales del Estado esta actuación, y lo hemos logrado a veces, pero aún así no hemos conseguido que el proyecto de alternativa al Canal Bajo se lleve a cabo o, al menos, salga a licitación». El director gerente de Aguas del Añarbe, José Ángel Ercilla, se lamenta al echar la vista atrás y ver como después de cerca de 20 años de reivindicación, la solución no termina de llegar.

El proceso de estudio de alternativas comenzó en la década de los 90 y ya en 2004 había un proyecto redactado. Seis años más tarde, en 2010, la obra fue declarada de «interés general» del Estado. Con los terrenos necesarios para la ejecución de la obra ya adquiridos (incluida la antigua central hidroeléctrica de Lastaola en Hernani) y la aprobación en 2017 del informe de Declaración de Impacto Ambiental, parecía que todo estaba encaminado para que el proyecto fuera una realidad. De hecho, en mayo de 2018 el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente inició los trámites de licitación de las obras mediante el anuncio en el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE). Pero poco duró la alegría.

Ese mismo mes tuvo lugar la moción de censura a Mariano Rajoy y que provocó el cambio de gobierno en Madrid, que pasó a manos del PSOE con Pedro Sánchez a la cabeza. Y según recuerda Ercilla «al poco empezaron a llegar sanciones de la Unión Europea en materia de depuración, por incumplimiento de las directrices establecidas. Y ello hizo que cambiaran las prioridades del Gobierno Central y que las inversiones fueran encaminadas a este ámbito, dejando aparcada la alternativa al Canal Bajo».

Desde entonces la intervención ha quedado en dique seco, y no por falta de insistencia por parte de Aguas del Añarbe y los municipios de la mancomunidad. «Nosotros dentro de nuestras posibilidades seguimos insistiendo, pero sin mucho éxito», reconoce este director gerente.