SOS Racismo pide medidas contra la inseguridad en Egia

El ambiente de crispación en los últimos días es evidente. Los vecinos están hartos de sufrir robos, de ser testigos de peleas o trapicheos y de no poder caminar por el barrio con tranquilidad. Desde el Ayuntamiento señalaron que desde hace algunas semanas «se ha constatado que existe un incremento de la delincuencia en la zona». El alcalde de la ciudad, Eneko Goia, reafirmó que es «evidente» que existe un problema en el barrio y que desde el gobierno municipal están «comprometidos en reforzar la seguridad. Para ello, la Policía local, en coordinación con la Ertzaintza, está haciendo una labor preventiva, para la cual se están destinando los recursos disponibles». En este sentido, aseguran que ambos «trabajan de forma conjunta para tratar de mejorar la seguridad de la zona».

Goia también señaló que están colaborando con diferentes agentes implicados para buscar soluciones. De hecho, ayer tuvo lugar una reunión en la que también participó SOS Racismo.

La presencia policial ha aumentado a raíz de las últimas denuncias, pero los vecinos exigen que haya una patrulla permanente en el barrio. Sin embargo, para SOS Racismo, aparte de la necesaria actuación policial, resulta clave «ir a la raíz del problema» y «apostar por propuestas propostitivas, como recursos habitacionales o para mitigar el hambre, programas de educación, educadores de calle o asistencia psicológica», destinadas a las personas que viven en la calle y que sin recursos acaban cayendo en una espiral de delincuencia, consumo de tóxicos e incluso problemas de salud mental. SOS Racismo rechaza la inseguridad que vive Egia y reconoce que como entidad también la han sufrido «desde hace tiempo». «Mostramos nuestra solidaridad con todos nuestros vecinos y condenamos la violencia, el acoso o los robos, sean quienes sean los que los cometan», afirman.

Sin embargo, denuncian el «oportunismo político en busca de votos xenófobos» que aseguran se está generando a raíz de este problema. Aseguran que la mayoría de las personas de los colectivos atacados, especialmente el de los menas o jenas de origen magrebí, «son víctimas de este clima». Desde SOS Racismo señalan además que el pasado mes de agosto ya contactaron con el Ayuntamiento de Donostia para mostrarle su «preocupación» y ofrecerle «posibles rutas de solución». «Se nos oyó, pero no se nos escuchó», denuncian.