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Miércoles, 23 de abril 2025, 06:44
Comenta Javier Ruiz: «El Ayuntamiento de nuestra querida ciudad, no contento con la brutal subida de la tasa de basuras, elimina a traición el pequeño descuento en el recibo que teníamos los vecinos que por distancia y desnivel debemos hacer un esfuerzo para reciclar la basura (en mi caso, subir y bajar 80 escaleras). No contento con ello, nuestra corporación retira contenedores que nos facilitaban el vertido de la fracción resto. Desconozco si la postura de algunos vecinos de depositar su basura junto a las papeleras responde a un cabreo o una venganza personal. Lo cierto es que no es extraño que aparezcan bolsas de basura en papeleras repletas de cajas de pizza, latas de bebidas, plásticos... Es decir, se usan las papeleras como contenedores auxiliares, función para la que no están diseñadas. Desde aquí mi más profunda decepción por esta medida municipal y por la falta de civismo de quienes, en aras de su comodidad, perjudican a todos y especialmente a los que vivimos junto a papeleras y sí cumplimos con nuestro deber».
Escribe J. P.: «La nueva estación de trenes de Donostia es como la vieja pero pintada, un apeadero de la de Bilbao. Cada vez nos lucimos más. Ponen una plaza superior que no saben para qué, de momento para quitar la vista de Tabakalera. Eso y la deficiente de estación de autobuses, qué sucia y asfixiante es, ni para sentarse vale. Vaya equipo que tenemos en el Ayuntamiento. Luego les contradices y se mosquean».
Ander expone: «La vida ha cambiado y la familia, también. Ha terminado el tiempo de atención de los hijos a los padres, con lo que se empieza a crear otra necesidad para atender a la gran población de personas próximas a la tercera edad. Somos una generación que hemos cuidado hijos y padres, pero la vida actual es otra y las necesidades de los jóvenes de hoy son otras, por lo que es necesario que las instituciones construyan apartamentos tutelados para toda una población que lo va a necesitar y que podría pagar un alquiler, ya que la mayoría han trabajado, tanto ellas como ellos, por lo que disponen de una pensión y ahorros. Hay edificios vacíos como el de Easo desalojado por la Ertzaintza y conventos en desuso como el monasterio de las Concepcionistas Franciscanas de Kristobaldegi 26 en Martutene, que son adecuados para dicho uso. Los edificios no hay que destruirlos para construir otros sino adecuarlos».
Dice Ane: «La única manera de ser una sociedad multicultural y convivir en igualdad es que quienes han venido desde fuera buscando una vida mejor respeten las normas de convivencia que precisamente les han hecho huir de sus países de origen. Cosas tales como respetar a las mujeres, a las personas diferentes, las ordenanzas municipales, la educación, cuidando lo público (circulando por donde hay que ir con monopatines, bicicletas y no por sitios prohibidos) y desterrando la violencia. Solo así seremos una sociedad multicultural e integrada trabajando conjuntamente para un futuro mejor».
Opina Irene A.: «Es indignante que las fachadas de la universidad pública aparezcan llenas de pintadas políticas y con carteles pegados y los gestores de dicha universidad no hagan nada para eliminarlos. Supongo que los responsables de estas protestas tendrán espacios donde exponer sus reclamaciones sin vandalizar los espacios públicos. Como siempre, se mira a otra parte y la vida sigue igual».
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