San Bartolomé se abre al tráfico el viernes
Movilidad ·
Tras años de obras, la céntrica calle normaliza su situación y comerciantes y vecinos suspiran tras la «pesadilla» vivida. Los trabajos en Easo aceleran para interferir lo menos posible en la Semana Grande«Han sido cuatro años de sufrimiento. En cuanto se ha reabierto la calle a los peatones, han empezado a entrar clientes», cuenta Nuria Roa ... con lágrimas en los ojos. Su imagen expresa bien la sensación de alivio que sienten comerciantes y vecinos de la calle San Bartolomé al ver que acaban las obras del Topo. Fuentes municipales confirmaron a DV que el viernes se reabrirá el tráfico rodado.
«Este año cumplo 15 años con la tienda y creía que no iba a llegar de lo mal que lo he pasado. Estas obras han sido peor que la pandemia. El ruido ha sido tremendo. Parecía el bombardeo de una guerra. Me he tenido que comprar unos cascos para soportarlo. El polvo inundaba toda la tienda. No entraban clientes... Me he retrasado en el pago de la comunidad de vecinos... ¿Y el estrés? Eso no me lo paga nadie», se desahoga esta comerciante con productos vintage de regalo y alimentación.
Otros comerciantes menos elocuentes expresan el mismo sentir y ahora solo esperan resarcirse. Gustavo, del restaurante Donebastian, no sabía lo que le venía cuando hace 5 años cogió el negocio y poco después empezaron las obras del Topo. «Me quitaron la terraza y no he tenido ninguna ayuda. Lo hemos pasado bastante mal. La gente evita pasar por una calle en obras».
Tatiana Pfeifer entraba ayer con su hijo en brazos al portal número 8, donde reside desde hace un año. Lamentaba que los trabajos se hayan prolongado por la noche. «Es muy ruidoso y no podemos dormir». Desde el comercio Studio Lashes expresaban su felicidad por el fin de las obras. «Estábamos deseando que terminaran», indica Joana. «A ver si nos ponen por lo menos unas jardineras en la calle», apostilla.
Carlos Moro, de la tienda Hawaii, señalaba que han sufrido «como bellacos» estos años y confirmaba que han tenido un bajón importante de ventas por las obras. «Que sea para mejorar», apuntaba resignado. Los comerciantes esperan resarcirse a partir de ahora de los malos momentos vividos. Les anima la colocación de una parada de Dbus para las líneas 23 Errondo-Puio y 32 Puio-Errondo que se ubicará junto al portal número 5. Fuentes municipales confirman que a partir del viernes los autobuses de estas líneas pasarán por San Bartolomé aunque todavía no pararán en esta calle porque aún no está colocada la marquesina. Hasta que esto no suceda, los autobuses harán la parada en Urbieta 38.
A partir de ahora, la primera manzana de San Bartolomé contará con una fila de estacionamiento para carga y descarga entre semana, que los fines de semana y todos los días por la noche, desde las 20.00 hasta las 08.00 horas, estará destinada al aparcamiento de residentes. En el centro habrá un único carril para circular en dirección a Urbieta. Y a la derecha se habilitará un carril reservado para autobús y taxi.
La comerciante Nuria Roa explica entre lágrimas que se tuvo que poner unos cascos en la tienda para evitar el ruido de las obras
Ayer, la calle olía a pintura, la que se aplica estos días al renovado asfalto para dibujar las nuevas señales de tráfico. Por la mañana se reabrió la acera al tránsito peatonal y ya solo falta por retirar los separadores para permitir la circulación de vehículos.
No es la única calle que está siendo reasfaltada. El cruce de Easo con San Martín también registra estos días el trabajo de las máquinas de aglomerado. Mientras, el tramo final de la calle Easo va recuperando poco a poco la normalidad, tras su reapertura hace unas semanas. La acera del tramo entre San Bartolomé y San Martín se ha igualado de forma provisional y tras la Semana Grande continuarán los trabajos. También se pretendía no pavimentar pero sí adecentar el tramo entre Easo y el hotel Londres a través de la plaza Xabier Zubiri, pero será difícil que los operarios lleguen a cerrar todas las irregularidades que aún tiene la zona. Es un punto caliente de las fiestas y está complicado que el sábado no siga cercada por los vallados de obra.
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