Roba un jamón en el bar Gandarias y se pasea con él al hombro por la Parte Vieja de San Sebastián
El joven también se llevó una botella de vino de un bar y pidió en otro local que se lo abrieran
Oskar Ortiz de Guinea
San Sebastián
Domingo, 18 de agosto 2024, 15:35
Entró en un bar de San Sebastián y se llevó un jamón, tan ricamente. Y con la misma tranquilidad con la que actuó en el local, se echó el pernil ibérico al hombro y se fue caminando por las calles de la Parte Vieja de Donostia. No llegó a degustarlo, venderlo o regalarlo, porque fue detenido casi dos horas después por una patrulla de la Guardia Municipal, que lo sorprendió cuando cargaba con la prueba del delito.
Los hechos sucedieron a primera hora de la mañana de este sábado, en el bar Gandarias de la calle 31 de agosto de Donostia. Según las imágenes recogidas por las cámaras de seguridad del establecimiento, eran las 7.09 horas de la mañana. A esa hora, en el local solo estaba el personal de cocina y limpieza. Aprovechando que la puerta de entrada estaba cerrada pero sin echar la llave, un joven entra, avanza sigiloso los dos pasos hasta la barra sobre la que penden los jamones, descuelga uno de ellos y se va. Nadie repara en él.
A continuación, eso se supo después, debió de hacerse con una botella de vino en algún otro local, porque un poco antes de las 8 accedió a otro bar de la misma calle 31 de agosto de San Sebastián, el Txakolina. Ni corto ni perezoso, depositó el jamón apoyado contra la pared en la calle, y solicitó a la empleada que estaba preparando el bar que le abriera la botella. La chica solo pensó en hacerle el favor sin reparar en nada más, y le abrió el caldo. «Con esta gente nunca sabes cómo van a reaccionar, y si te niegas a abrirle la botella, igual es peor», defendía esta mañana un empleado del local hostelero, para añadir que, tras coger el vino abierto, «al salir trató de coger un jamón, tiró de él, pero no pudo llevárselo porque están atados al techo».
En el bar de enfrente, La Viña, observaron al chico alejarse con el pata negra, por lo que alertaron al personal del Txakolina de un hipotético hurto. «El jamón no era nuestro, porque tenemos tres a la vista, y estaban los tres», precisa el camarero.
Jamón robado en la Parte Vieja de San Sebastián
¿Y de dónde salió el jamón? La ecuación no tardó en resolverse. Para ello fue crucial la llamada del servicio de seguridad del Muelle a la Guardia Municipal. Al parecer, tras salir del bar Gandarias, el mismo chico había causado cierto jaleo en la zona portuaria, donde llegó a provocar algún desperfecto en el mobiliario de la terraza de un restaurante. Así, una patrulla de la Policía local fue avisada de que el causante se había marchado hacia la Parte Vieja de San Sebastián. Vestía pantalón largo y camiseta gris. ¿Cómo, pantalón largo y camiseta gris? La descripción coincidía justo con el chico que los agentes tenían delante con un jamón al hombro. Acto seguido lo identificaron y recuperaron el jamón.
La segunda parte fue descubrir la procedencia del jamón, de la firma Joselito. «Según nos dijeron, comenzaron a preguntar en los bares si sabían en qué bar de lo Viejo podían vender jamón de Joselito», explica Oihane Agirre desde el Gandarias. Así que los uniformados se plantaron en este establecimieno de la familia de Oihane. «Nos preguntaron si el jamón era nuestro, y dedujimos que sí, aunque hasta entonces no nos habíamos dado cuenta de que faltaba uno» de los ganchos.
Fue entonces cuando rebobinaron la grabación de las cámaras, y descrubieron cómo, pasadas las 7 de la mañana, un chico con pantalón largo y camiseta gris, entra en el bar y se lleva el Joselito. Se marchó tan tranquilo que no fue muy lejos.
El jamón robado del Gandarias, valorado en 700 euros
Finalmente, el Gandarias recuperó el jamón, que está valorado «en 700 euros», aunque, tras el paseo del ibérico por la Parte Vieja, no ha regresado al gancho para su venta al público. Para cuando los propietarios del bar fueron a interponer la denuncia, el joven «ya había sido puesto en libertad, aunque los municipales nos dijeron que estuviéramos tranquilos porque ya había sido identificado».
El suceso lleva a Oihane Agirre a denunciar que «este tipo de sucesos se han convertido en muy habituales en la Parte Vieja. Lo sabe el Ayuntamiento de Donostia, la Guardia Municipal, pero no pasa nada. Si detienen al ladrón, a las horas está en la calle», una queja que también transmitían en Txakolina. «El pasado invierno –continúa Oihane– nos intentaron abrir dos veces la caja registradora, entrando a gatas hasta la barra. Estas cosas de crean inseguridad».