El andamio en riesgo de desplome en la calle Aguirre Miramón en el barrio donostiarra de Gros Usoz

El riesgo de desplome de un andamio obliga a cortar la calle Aguirre Miramón de Donostia

Las fuertes rachas de viento han inestabilizado la estructura y la caída de algunas piezas han provocado daños en al menos tres vehículos

Martes, 17 de enero 2023

El impresionante impacto que la borrasca 'Gerard' tuvo durante la madrugada de este martes en Donostia, con una mar muy agitada y ráfagas de viento ... de casi 140 kilómetros por hora, apuntaba a causar más estropicios, pero felizmente todas las incidencias quedaron limitadas a sustos. Los más importantes los generaron un andamio colocado en un edificio de seis alturas en Gros que, tras no soportar las rachas huracanadas, se dobló a partir del cuarto piso y quedó recostado sobre la azotea del bloque contiguo, lo que evitó su desplome; y también los efectos del ventarrón en el muelle, donde la cubierta de una caseta voló por los aires y varios barcos se inundaron sin llegar a hundirse tras achicar el agua varios usuarios.

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La inestabilidad del andamio obligó a cortar a vehículos y peatones la calle Aguirre Miramón desde primera hora de la mañana, cuando la Guardia Municipal y los Bomberos de San Sebastián recibieron el aviso del percance, que tuvo lugar sobre las 5.30 de la madrugada a la altura del portal número 4. Al amanecer, la parte superior del armazón de hierro estaba inclinada, apoyada sobre una terraza. Los bomberos trataron de asegurar la estructura, pero los intentos resultaron infructuosos. Según informó el alcalde, Eneko Goia, la empresa constructora comenzó a desmontar el andamio por la mañana, una tarea que les llevó el resto de la jornada en una operación delicada.

Para prevenir posibles desgracias personales, se instó a los vecinos a no salir de casa salvo que fuera necesario, y los trabajadores de los locales en los bajos del edificio debieron acceder a sus trabajos con precaución. «Hemos estado en vilo, pero no ha pasado nada grave», agradecieron unos vecinos. «Al ver el andamio apoyado no he tenido miedo, aunque no sabíamos si se podría caer», apuntó Adriana. Los principales daños materiales afectaron a tres vehículos sobre los que cayeron varias piezas de las obras.

Mientras las dotaciones de emergencias se afanaban en consolidar el andamio, se sucedieron dos incidentes sin víctimas en la zona. En el número 52 de la calle Zabaleta, se precipitó a la acera la cornisa de una terraza. Según una vecina, «sobre las 8.30 horas he oído un ruido. Pensaba que era un trueno. Menos mal que no ha pasado nada». Cerca de allí, en la Gran Vía, el viento provocó la caída de una pieza de una persiana.

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Daños en el muelle

La borrasca fue especialmente intensa en todo el litoral guipuzcoano, y el muelle donostiarra tampoco se libró. Los daños resultaron mínimos si se tiene en cuenta la violencia del viento, que arrancó la techumbre de la caseta ubicada en el área vallada del puerto deportivo, y sus restos quedaron esparcidos entre el espigón y los barcos cercanos. Varias motos de la calle Mari terminaron tumbadas sobre el asfalto y algunas embarcaciones, inundadas.

Caída de la cornisa de una terraza en la calle Zabaleta de Gros V. M.

Más de un propietario se acercó con cierta angustia en el cuerpo, tras ver el vídeo del viento nocturno que se hizo viral en los grupos de WhatsApp. «Por suerte, los barcos no han sufrido desperfectos», se felicitaba al mediodía un hombre mientras achicaba agua de una embarcación. «La nuestra -compartida entre cinco amigos- es la de al lado, que al ser viejita tampoco es autoachicable, por lo que también he andado con el cubo para que no se hunda», añadía 'Piña' agachado sobre el asiento del bote con un balde en la mano. «No conozco al dueño, pero como estaba hasta arriba de agua, lo estoy vaciando para que no acabe hundiéndose», añadía el hombre, que había venido en tren expresamente desde Villabona, donde reside. «A veces te avisan del puerto si ven que hay peligro de que se hunda. Porque si se hunde es una faena».

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«Por suerte, ha resultado una falsa alarma», resumía Ramón Vega. Este donostiarra había sido previsor y, «al ver los partes de lo que venía, el fin de semana le puse dos chicotes más al bote por si acaso». A continuación se dirigió al soto del CD Fortuna -junto a los de Ur Kirolak y Donostia Arraun Lagunak-, donde se guardan piraguas y tablas de windsurf. «No ha habido problemas», constató.

En la mente de muchos afloró el recuerdo del temporal de febrero de 2014. «El viento de 120 km/h por la noche impresionaba, pero no ha causado daños graves. Creo que la dirección del noroeste ha hecho que el viento pasara por el pasillo del muelle, y las rocas que echaron tras aquel temporal han hecho su labor para que las olas rompieran antes y no contra los botes», añadió Ramón. «Ahora es normal que haga este tiempo. Lo que no era normal es que en noviembre nos estuviéramos bañando en la playa tras salir a correr con 20 grados y el agua a 16».

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Los paseos marítimos permanecen cerrados hasta mañana

Las previsiones meteorológicas obligan a mantener la prudencia. Entre otros muchos avisos se mantiene la alerta amarilla por fuertes rachas de viento e impacto de ola en costa hasta el jueves. Por ello, los accesos a las zonas de paseo lindantes con el mar en Donostia permanecerán cerrados durante todo el día. Así el Paseo Nuevo mantiene por tercera jornada consecutiva prohibido el tránsito para vehículos y peatones. También estarán cerrados los accesos al Peine del Viento y al paseo Leizaola, el malecón del Kursaal.

Euskalmet anotó este martes en la boya de Donostia olas de 6,9 metros de altura, mientras algo menores fueron los registros de Pasaia con 4,8 metros. Así, el espectáculo del oleaje atrajo el lunes a numerosos curiosos y a personas que buscan la mejor instantánea para llevarse de recuerdo. La Guardia Municipal donostiarra realiza «con bastante asiduidad», explican desde el Ayuntamiento, rondas para comprobar que nadie se salta los perímetros de seguridad. El martes no se sancionó a nadie por estar donde no debía.

Se espera que este miércoles se puedan ir abriendo los distintos parques y jardines de la ciudad que han permanecido cerrados los dos últimos días por el temporal. Antes de poder disfrutar de sus paseos, el consistorio donostiarra realizará una revisión de desperfectos en los mismos para garantizar la seguridad de los paseantes.

En el parque de María Cristina, en la zona que este martes permanecía cerrada al tránsito, sus reponsables saben que las fuertes rachas de viento ayer dejaron un árbol caído y tiraron dos farolas. La de este miércoles será jornada de recuento de desperfectos en las zonas verdes.

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