Urgente Largas colas en la AP-8 y la GI-636 en dirección a la muga
'Gilda' luce espléndida desde primera hora en la plaza de la Constitución Ainhoa Múgica

Santo Tomás en Donostia: «Hoy pinchamos con las bebidas»

La feria de Santo Tomás estuvo marcada por la imposibilidad de vender sidra y vino en los puestos escolares, por una cerda muy dormilona y por un gran ambiente a partir de mediodía

Sábado, 22 de diciembre 2018

Parecía un día de primavera y no de otoño-invierno. Por no aparecer, no llegaron ni las anunciadas lluvias. Lo que no cambió en la feria de Santo Tomás donostiarra fueron las ganas de salir a la calle en familia o con amigos y pasarlo bien en los mercados, los concursos y en una animada ciudad en el preludio de la Navidad. La novedad más destacada este año fue la imposibilidad de vender sidra y vino en los puestos de txistorra de los colegios, lo que se dejó notar en las recaudaciones de los escolares. El ambiente fue aumentando conforme pasaron las horas y se daba el pistoletazo de salida a las vacaciones escolares y concluía la jornada laboral. La fiesta para muchos terminó camino de Anoeta para ver el derby Real-Alavés.

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Pese a caer en viernes, la asistencia a la feria flojeó por la mañana donde se pudo estar sin agobios, incluso en la plaza de la Constitución, el epicentro de la fiesta. O quizás lo que pasa es que el centro de gravedad de la feria haya empezado a cambiar debido a la proliferación de escenarios en todo el centro de la ciudad, incluso por la celebración de 'santotomases' en buena parte de los barrios.

La que siguió concitando todas las miradas fue la cerda 'Gilda', que apenas se pudo mover en todo el día por sus 340 kilos de peso. Pese a que pasó las horas tumbada en el cuadrilatero de 'la Consti' fue el animal más fotografiado de la jornada. Y eso que la plaza de Oquendo suscitó una gran expectación. Allí se organizó la exhibición de animales y fue casi el primer lugar de visita de las familias. Los pequeños ponían los ojos como platos para ver a ovejas, cabras, carneros, burros, alpacas, gallinas, conejos, búfalos y las impresionantes y cornudas vacas de Galicia y Portugal.

Así las cosas, los jardines de la plaza de Oquendo, la zona más elegante de la ciudad, se convirtieron en algo parecido a una romería en las campas de Igaratza, con caseros intentando 'escalar' el monumento al almirante.

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Imagen. Gran ambiente en Donostia

No hizo falta esperar el paso de muchas horas para comprobar el efecto de la principal medida adoptada este año por la organización. En aras a separar totalmente el alcohol de los menores de edad, se impidió que los puestos de escolares (ESO y Bachillerato) vendieran sidra o vino. Era llamativo ver en unos mostradores repletos de bocadillos de txistorra, latas de refrescos, cerveza sin alcohol, zumos o botellines de agua.

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Algunos se lo tomaron con humor, como el Mary Ward que engalanó su puesto con letreros que decían «agua y txistorra, qué vidorra» y un panel con la frase «Tómate un chupito» acompañada de vasitos llenos de gominolas que prometían «felicidad», «alegría», «amistad», «amor», «juventud», «inteligencia», «fiesta», «paz»... No todos los colegios llevaban tan bien este asunto. «Se vende muy poco. Este año pinchamos con las bebidas», nos decía Aintzane desde el puesto de Mariaren Bihotza. «La gente coge los bocadillos y se va al puesto de al lado a comprar vino o sidra». Lo confirmamos: El puesto adyacente de la Tamborrada de adultos La Anunciata se ponía las botas.

Había puestos que trataban de vender zumos de manzana, pasteurizados o no, bebidas que intentan promocionar poco a poco los elaboradores de manzana, pero la verdad es que el escenario no parece el más adecuado para enganchar a la clientela. También intentan abrirse camino especialidades veganas y la etiqueta «sin gluten» llega también a los bocatas de txistorra.

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Los animalistas dejaron ayer su huella «anti» realizando una fea pintada en la fachada del hotel María Cristina. Deben amar mucho a los animales, pero muy poco al patrimonio cultural de la ciudad. La fiesta y los abusos de todo tipo suelen ir unidos. Pero la juventud, cada vez está más concienciada. Pins con el lema «no es no» y carteles con la frase «en Santo Tomas tampoco se admiten agresiones sexistas» fueron la tónica en todos los escenarios de la fiesta.

Largas colas para comprar un talo

La popularización del talo es un hecho. De uno o dos puestos hemos pasado en poco tiempo a tener estas tortas de maíz en cada rincón. Y parece que la gente los aprecia porque está dispuesta esperar y hacer las colas que hagan falta para hacerse con este manjar. Con txistorra, queso, bacon o queso, pero talo. Ayer las colas para comprarlos bloqueaban el paso en diferentes cruces de la plaza Gipuzkoa y en otros 12 escenarios donde estaban presentes.

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