Operación cuarteles de Loiola: la residencia logística seguirá en pie y suena la hípica como nueva ubicación militar

Aunque el nuevo destino del destacamento militar de Gipuzkoa está aún por concretar, todo apunta a que el nuevo cuartel y las viviendas para el personal del Ejército se construirán no muy lejos, en las instalaciones que hasta hace dos y medio ocupaba la hípica de Loiola, cuyo abandono ya fue interpretado a finales de 2022 como la señal de que esos terrenos se destinarán a los nuevos cuarteles una vez estos pasasen a ser propiedad de la ciudad.

Otra posible ubicación sería la yeguada Lore-Toki, entre Rekalde y Hernani, junto al museo Chillida-Leku, también propiedad del Ministerio de Defensa.

Sea cual sea, las nuevas instalaciones militares de San Sebastián serán de menor tamaño que las actuales en las que se entrena el Regimiento de Infantería 'Tercio Viejo de Sicilia' Nº 67, la unidad destacada en la capital de Gipuzkoa. El cuartel de Loiola cuenta con algo más de medio millar de efectivos.

La directora gerente del Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa (Invied), María Ángeles Cano, que este miércoles representó al Estado en la firma de la compraventa de los terrenos, eludió dar pistas sobre la nueva ubicación del regimiento militar en Donostia, aduciendo que es una decisión que compete directamente al Ministerio.

El alcalde de San Sebastián, Eneko Goia, recordó que la obtención de estos terrenos para la ciudad era una «vieja aspiración de todas las corporaciones municipales que han dirigido la ciudad», por lo que expresó su «recuerdo», «reconocimiento» y «agradecimiento» a todas ellas por «su insistencia» en el trabajo desarrollado durante años para asumir esta parcela y «compartir que el futuro de Donostia pasa por esta operación».

Sobre la futura ubicación del regimiento, el grupo municipal de EH Bildu en San Sebastián pidió «aclarar el destino de los militares y explicar dónde van a ser realojados», al tiempo que instó al Gobierno municipal a «gestionar correctamente la oportunidad» que, a su juicio, supone la adquisición de esos terrenos. La coalición abertzale también calificó como «hito histórico» la adquisición, pero consideró que 73,3 millones de euros es «un precio alto» que «no se corresponde con la compraventa entre dos instituciones públicas que dicen compartir un mismo objetivo», sino que «se asemeja más a una compra a un particular».