Excusas que no esquivan las multas por incumplir las restricciones
La Guardia Municipal de San Sebastián realiza controles aleatorios para vigilar que se cumplen las restricciones de movilidad
Donostia no es Berlín, pero como consecuencia de la pandemia del coronavirus cada vez se parece más a la capital alemana gracias a los 'checkpoint' que se ubican en la entrada y salida de la ciudad para controlar la movilidad durante la implantación de los confinamientos municipales. Los dispositivos de vigilancia llevados a cabo de forma aleatoria tanto por la Ertzaintza como la Guardia Municipal ,y que tienen una duración aproximada de 30 y 45 minutos, se intensificarán ahora que San Sebastián ha entrado en zona roja y se cierra desde mañana.
Uno de esos controles que llegan a provocar quebraderos de cabeza a los conductores es el que se ha instalado este jueves a las 9:30 horas en la entrada a San Sebastián, concretamente en el barrio de Ibaeta, a la altura del hotel Hesperia. «Vigilamos el cumplimiento de las restricciones durante los tres turnos, de mañana, tarde y noche. El celo policial se centra sobre todo en los casos de movilidad, uso correcto de la mascarilla y el cumplimiento del toque de queda», señala el agente 1107, que ha evitado desvelar su identidad.
El alto a los vehículos se realiza de forma aleatoría y en ese momento los ciudadanos deben mostrar a los agentes su justificante de movilidad debidamente cumplimentado por sus empresas. «A la gente se le nota enseguida en los ojos si está mintiendo, porque te esquiva la mirada. A veces te da pena debido a que la cuantía de la multa puede ascender hasta los 600 euros», explica el agente. Es consciente de que tocar el bolsillo parece ser la única manera para que la ciudadanía cumpla las nuevas normas.
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¿La excusa más pintoresca escuchada por los agentes en un control de movilidad para evitar una multa? La respuesta es de lo más curiosa. «Comprar unas lentejas transgénicas que no se pueden adquirir en su municipio de origen, y justificar el desplazamiento porque ese alimento específico es fundamental en su vida», destaca el agente 1157 perteneciente al mismo dispositivo policial desplegado esta mañana a la entrada de San Sebastián.
¿Y para saltarse el toque de queda? . «El perro tiene diarrea», es la excusa más escuchada por la Guardia Municipal por la noche. Los agentes reconocen que el turno nocturno es bastante tranquilo, porque los ciudadanos que pasean por la calle son pocos, y a los potenciales infractores se les 'caza' fácil.
Este viernes entrará en vigor el cierre de los bares en San Sebastián. Los agentes son conscientes de que tendrá una clara incidencia en su labor de control. Dejarán de lidiar con clientes que no se colocan la mascarilla en las terrazas de los establecimientos. O eso es al menos lo que esperan. «Estamos todo el día advirtiendo de que su uso es obligatorio. Es agotador, tenemos complejo de 'andereños'», destaca el policía. Subraya que a veces los dueños de los establecimientos les agradecen el capote. Los viandantes que no llevan la mascarilla puesta es otro caballo de batalla. «¿Lo peor?, la gente que pasea fumando todo el rato o el que va comiendo un paquete de pipas desde El Antiguo hasta Gros», señala el guardia municipal, no sin poner en valor la paciencia que a lo largo de estos meses han cultivado todos los miembros del Cuerpo.