Las instalaciones deportivas de gestión indirecta pierden un 31% de sus abonados

Los datos fueron puestos sobre la mesa en la reunión que celebró ayer el consejo de administración de Donostia Kirola, y reflejan el impacto que el coronavirus ha tenido sobre los socios propios de estas instalaciones. Un golpe más fuerte incluso que el que ha tenido sobre los abonados a la Kirol Txartela, que cayeron durante este mismo periodo un 13,4%.

El mayor descenso se ha producido en el polideportivo de Zuhaizti, que ha perdido un 82% de los socios propios que tenía en 2019 con Zuhaizti txartela. Tal y como explica el concejal de Deportes, Martin Ibabe, en este caso hay que tener en cuenta que esta instalación estuvo cerrada durante varios meses de 2021 y que en 2020 hubo un cambio de gestión a mediados de año, que recayó en manos de la empresa BPXport. Estas circunstancias tuvieron un impacto directo en las cifras de abonados a la instalación.

Por su parte, Manteo y Tenis Ondarreta han sido las que mejor han resistido en el embate pandémico, con un descenso de socios de un 7,5% en el primero y un 15% en el segundo. Precisamente la del Tenis es la instalación de gestión indirecta que registra un mayor número de socios propios (contando con la piscina) alcanzando un total de 3.035. Le sigue el nuevo espacio de Riberas de Loiola, que abrió sus puertas este pasado 2021 también de la mano de BPXport y que ha alcanzado una cifra de 1.232 socios.

En lo que se refiere a los usos, también se han registrado en este periodo 2019-2021 importantes descensos, si bien las cifras han ido remontando según ha ido evolucionando la pandemia. El mayor descenso se ha detectado nuevamente en Zuhaizti con un 80% menos de uso, afectado por el cierre y el cambio de gestor. «En todo caso, hay que tener en cuenta que el cierre de la instalación duró cinco meses. Si extrapolamos los datos de los siete meses que ha permanecido abierta al año completo, el descenso global sería del 65%», indica el edil jeltzale.

La segunda instalación que más usuarios ha perdido ha sido el Polideportivo Pío Baroja, con un descenso del 53%. Le sigue el Tenis de Ondarreta con una caída en la utilización de un 38%, si bien en este caso es mucho mayor la caída en las instalaciones del Tenis (un 50% menos) que en la instalación de la Piscina (un 25% menos) –cada una de ellas cuenta con concesiones diferentes–. La Sala de Artes Marciales contó con un 33% menos de usos, Manteo un 25% menos y Mons se apuntó solo un 5% de descenso.

Por su parte, la evolución de los abonados a la Kirol Txartela en 2019, 2020 y 2021 también expresa bien la brecha que ha ocasionado el Covid en la práctica deportiva donostiarra, aunque sea menor que en los socios de las instalaciones de gestión indirecta. Todos los barrios han perdido abonados, aunque algunos, al aguantar mejor que la media, han recuperado porcentaje relativo. Es el caso de Loiola-Martutene, Gros-Ulia, Egia, Amara Viejo y Parte Vieja.

Las mayores pérdidas de abonados entre 2019 y 2021 respecto a la población de cada barrio se produjeron en Antiguo-Ibaeta (-7%), Intxaurrondo (-7%), Aiete (-6%), Bidebieta (-5%), Amara Berri (-5%) y Altza (-4%). Gros y, sobre, todo Loiola-Martutene, gracias a las nuevas instalaciones abiertas en estos barrios (Zuhaizti y Riberas) han registrado un lógico tirón de abonados.