El Hospital Donostia recibe a un enfermo de fiebre hemorrágica de Crimea-Congo desde León
El paciente, un varón de mediana edad que presenta una picadura de garrapata, ha sido trasladado esta mañana desde León hasta el Aeropuérto de Hondarribia en un avión medicalizado del Ejército del Aire
El Hospital Universitario Donostia acoge al paciente con fiebre hemorrágica de Crimea-Congo proveniente de León. El enfermo, un varón de mediana edad que presenta una picadura de garrapata, ha sido trasladado este jueves en un avión medicalizado desde el hospital comarcal de Ponferrada que carece de una unidad de alta seguridad biológica para evitar la propagación de esta enfermedad.
Los protocolos para el traslado se pusieron en marcha en el día de ayer, cuando la Sección de Epidemiología del Servicio Territorial de Sanidad de la Junta de Castilla y León confirmó el caso. El Ministerio de Sanidad realizó entonces un llamamiento de urgencia a diferentes unidades, tras lo cual Osakidetza mostró su predisposición para acoger a esta persona en el centro guipuzcoano, uno de los pocos del Estado que cuentan con una Unidad de Aislamiento de Alto Nivel, necesario para tratar este tipo de enfermedades.
El paciente ha sido trasladado desde León a San Sebastián la mañana de este jueves en un avión del Ejército del Aire, un C-295 del Ala 35, medicalizado por la Unidad Médica de Aeroevacuación (UMAER), en coordinación directa entre las consejerías de Salud de las dos comunidades autónomas y siguiendo los mecanismos de colaboración establecidos entre los ministerios de Sanidad y Defensa.
En un comunicado, el departamento que encabeza Gotzone Sagardui ha informado de que Osakidetza «tiene preparados todos los protocolos» para atender a la persona contagiada «garantizando su aislamiento y seguridad», así como la del equipo de profesionales que le atenderán.
La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo está causada por un virus, cuyo mecanismo de transmisión principal es la picadura de la garrapata del género 'Hyalomma', aunque también puede transmitirse de persona a persona por contacto con sangre o fluidos del enfermo, lo que puede ocurrir especialmente en personal sanitario cuando no está debidamente protegido.
En España la primera detección del virus fue en 2010 en garrapatas en Cáceres. Los primeros casos humanos se diagnosticaron en 2016 (1 caso por picadura en Ávila y otro caso secundario por contagio en el medio sanitario a partir del primero); en 2018 hubo otros 2 casos (1 en Badajoz y otro en Salamanca), en 2020 se notificaron 3 casos de Salamanca y en 2021 otros 2 casos (Salamanca y León). Además, se ha identificado otro caso de forma retrospectiva, correspondiente a 2013, que constituiría el primer caso humano descrito hasta la fecha.
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No existe tratamiento específico, aunque el diagnóstico precoz y la terapia de soporte mejoran la supervivencia. Tampoco hay vacuna aprobada en España. La prevención incluye medidas para reducir la población de garrapatas y de sus hospedadores y evitar las picaduras de garrapata. Además, se recomienda la eliminación o extracción adecuada y precoz de garrapatas en caso de picadura.
La infección en humanos es asintomática en un porcentaje elevado (hasta el 90%). Entre los casos sintomáticos, la mayoría presentan clínica leve: fiebre, mialgias, cefalea y mareos (4-5 días). En pocos casos la enfermedad progresa hacia un cuadro clínico grave con manifestaciones hemorrágicas en piel y mucosas (2-3 días), que puede progresar hasta la muerte, generalmente durante la segunda semana. La tasa de letalidad oscila entre el 3 y el 40% y aumenta a mayor edad (por encima de 60 años) y según otros marcadores pronósticos.
